Desde la perspectiva del empleado surge esta duda, ¿qué es más importante la experiencia o la cualificación?. Hay que ser conscientes de que el empleo que se crea en la actualidad se caracteriza por la precariedad (temporal y de baja calidad) y quien no quiera asumir estos requisitos debe aportar por el autoempleo.
Sin embargo y, a pesar de todo, no deja de ser cierto que, alguna oportunidad interesante puede surgir y, para estas rarezas, conviene estar preparado.
Puede que hayas sido brillante en otra área laboral, pero tu perfil debe de ser el correcto para tu puesto, por lo que educación y experiencia deben de ir en concordancia, pero sobre todo destaca la actitud.
A la actitud hay que añadir el estilo de trabajo, personalidad y ética laboral. Cuando una empresa contrata es porque está creciendo y requiere un perfil de empleado que se entusiasme con lo que hace y se implique en su trabajo.
Desde esta perspectiva, la experiencia no tiene tanta relevancia, ya que si no te encuentras motivado en tu puesto no podrás ofrecer más de un 70% de tu potencial.
Optimismo, comunicación fluida y flexibilidad laboral (que no quiere decir estar dispuesto a aceptar condiciones draconianas) te permitirán tener un perfil más atractivo a la hora de ser seleccionado.
Lo importante es mostrar ilusión y ganas por empezar un nuevo proyecto y hacerlo mostrando profesionalidad.
Imagen | TaniaVdB Pymes y Autónomos | Seniority, una resistencia que superar