Hablar en público en una entrevista de trabajo y no morir en el intento

Hablar en público en una entrevista de trabajo y no morir en el intento
2 comentarios
HOY SE HABLA DE

Algunas empresas o servicios de empleo avisan a un desempleado para formar parte de una selección para un hipotético trabajo, de un día para otro. A las ganas, la necesidad y la falta de experiencia se une una cierta inquietud cuando nos enteramos de que una de las pruebas consiste en hablar en público.

¿Salimos corriendo? ¿Hacemos un curso intensivo de veinticuatro horas antes de la prueba? ¿Tiramos la toalla? Ninguna de estas opciones es la válida. Lo correcto es afrontar la situación de la manera más eficaz.

CALMA

Seamos realistas. Apenas hemos tenido de asimilar la noticia. Nunca hemos hablado en público, a no ser que se trate de hacerlo delante de un grupo de amigos. No estamos solos frente al peligro, probablemente los demás candidatos se encuentren en la misma situación que nosotros.

GUIÓN

No se trata de escribir un texto largo. Pero sí es positivo tener unas cuantas ideas, frases que resuman lo que pretendemos decir. Si contamos con poco tiempo, podemos leerlas en voz alta para interiorizar el mensaje y que llegado el momento nos salga con naturalidad.

HIDRATACIÓN

Con los nervios la garganta se seca. Las palabras no salen y nuestras geniales respuestas pueden quedar en el olvido por una repentina afonía producto de la ansiedad del momento. Beber antes de hablar un poco de agua evitará ese percance.

CONFIANZA

No estamos frente a un tribunal donde se nos juzgue por un delito. Son personas normales y corrientes, a las que quizás les aterraría estar en tu situación.

RESPIRA Y COMUNICA

Reserva cinco minutos para ti antes de la prueba. Si es posible busca un lugar para aislarte. Toma unas cuantas respiraciones lentas. Cierra los ojos y visualiza el momento e imagina que estás hablando con naturalidad.

Hablar en público es la asignatura pendiente en nuestro país.

Cursos para aprender algunas técnicas se encuentran a miles por la red, hay que tener cuidado al escoger. Pero nunca hay que desperdiciar la oportunidad de aprender, por una razón muy sencilla: nunca sabemos dónde se encuentra nuestra próxima oportunidad laboral y si en ella deberemos hablar en público.

En Pymes y Autónomos|Al hablar en público, cautiva a tu audiencia,Siete errores que no podemos cometer en una entrevista de trabajo

Imagen|LaVladina

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Comentarios cerrados
    • ¡Hola de nuevo!

      Gracias por tu comentario y por tus sugerencias :)

      En nuestro país se confunde hablar mucho con decir algo con sentido. Una persona puede ser locuaz pero eso no implica que comunique con eficacia. No hay nada peor que oír a alguien divagando durante media hora, mientras que el interlocutor quiere huir.

      El ejemplo del personaje de TBBT es el reflejo del problema de muchos profesionales: la timidez. Y poca broma, se pasa muy mal si nadie te ha dicho cómo has de expresarte ante un grupo.

      En tu caso, has demostrado que los chistes de Eugenio no sólo son divertidos y geniales sino una fuente de inspiración, has sabido ingeniártelas para afrontar el hecho de hablar en público con sentido de humor.

      Pero no todo el mundo tiene esos recursos y pasar por esa experiencia se convierte en un hecho casi traumático (sin el casi) Por lo que recibir algún curso para hablar en público no está de más. Ya que ni en el colegio, ni en la universidad (al menos, antes) se nos animaba a ello.

      El concepto es: pasarlo bien. Si mientras hablo disfruto, mi audiencia también lo hará. Ojo, con unos límites ;)

      Hablar y escuchar van de la mano.

      (Arriba el sentido de humor)

      ¡Saludos!

    • Hablar en público es la asignatura pendiente en nuestro país.

      Gran verdad. Hola Joana, ¡cuánto tiempo sin escribirte!.
      Lo de España y hablar en público es algo que no termino de entender. Se supone que somos un país con gente muy expansiva, abierta y festivalera. Pero resulta que sólo lo somos para decir chorradas. Resulta que cuando nos toca hablar de algo serio, somos Raj Koothrapali delante de la selección femenina de Volley Playa (Vaya ejemplo que me ha salido).
      Parte de la culpa ha sido, ignoro si sigue siendo, que aquí los exámenes tenían que ser escritos, para que el profesor se pudiera llevar cincuenta folios al despacho y poderlos corregir sentado. Porque oír las historietas de veinticinco elementos divagando sobre el tema que les preguntan era muy tedioso. Aquí no se ha fomentado lo de hablar en público nada de nada. Podías terminar tus estudios universitarios y no haber hablado ni una sola palabra en público. Y así nos va.

      Yo soy profesor, así que lo de hablar en público lo tengo más o menos superado, aunque en la vida privada soy ciertamente tímido. Pero cuando hay que hablar se habla.
      ¿Sabes cómo aprendí a hablar en público? Contando chistes. Yo era el que contaba chistes de clase. Ojo, no era el que a todas horas estaba con la gracieta en la boca. Lo que pasa es que yo tenía una cierta habilidad para que los chistes tuvieran más gracia. Yo era el de, "que lo cuente este, que tiene más gracia". Mis chistes eran una pequeñita obra de teatro. Con monologuito, imitaciones, mimo, plateamiento, trama climax y desenlace. Y he pasado de contar chistes a los amigos, hasta en una ocasión contar chistes ante más de trescientas personas.
      Esa experiencia fue la que aproveché cuando decidí dedicarme a la formación. Una clase, no deja de ser un chiste, con menos gracia. De hecho, no creo que pase un día de clase que no caiga algún chiste. Siempre chistes provocados por alguna situación de la clase, no los uso como recurso estandard, simplemente fluyen.

      Así que, amiguitos que leéis esto, además de lo que nos cuenta Joana, practicad contando chistes a vuestros familiares, a vuestros amigos, a vuestros compañeros de trabajo. Hay por ahí, recopilaciones de chistes de Eugenio. La pasáis a vuestro móvil y la vais escuchando por los casquitos. Aprendeos los chistes, repetidlos en el espejo. Veréis que a lo largo del día se van a dar situaciones que cuadran con alguno de esos chistes. Aprovechad y le coláis. Imitad voces, haced gestos al contar esa pequeña historia. Ojo, sin llegar a ser cansinos, desde luego, que no hay nada peor que uno que se quiere hacer el gracioso. Ahora que me acuerdo, mirad también vídeos de Leo Harlem. Un fenómeno. Observad, cómo domina el escenario con un verbo ágil y afilado. Obviamente no está improvisando, está todo preparado (además es de Valladolid, como yo).

      Pues eso, a contar chistes, y cuando os toque hablar en público vais a ver cómo es mucho más facilito.

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