Ahora que existe un desaforado intento por inocular el virus emprendedor a cualquier persona que se precie menor de 35 años, comienzan a aflorar los emprendedores "pata negra", aquéllos que bien porque han logrado cierto éxito o porque han sabido manejarse muy bien en el proceloso océano del apoyo institucional, de la ayuda, de la visibilidad que te da salir al lado del político responsable de "la cosa" del emprendimiento y le han proporcionado un buen titular y foto.
Abundan quiénes sin más oficio, ni beneficio que dar bien en la foto, ser de un grupo en exclusión o porque se prestan al juego institucional están consiguiendo más repercusión que por la verdadera misión de su negocio o empresa. Conozco casos de diferentes latitudes de la península en la que, a cambio de ceder un espacio en el que poder desarrollar su trabajo, tienen que pagar el peaje de acudir a eventos, ruedas de prensa, foros, presentaciones...mil eventos de networking en el que quizá haya mucha NET pero de WORKING más bien poco, otra burbuja que se está creando alrededor de la circunstancia.
Los participantes que se dejan llevar por esta oleada y ponen a merced del cambiante político, institución y administración no se dan cuenta de la poca capacidad de reacción que les deja, su dependencia del titular y del comentario hace que en el momento en el que no estén proporcionando ese aporte su mantenimiento artificial es más que cuestionable.
Por el otro lado también me encuentro con aquellos que, sin dar tanta visibilidad a lo que hacen, más hormiguitas preocupados del día a día y de poder cumplir con sus clientes, ven esta preferencia de las administraciones no con envidia sino con tristeza, unos batiéndose el cobre y otros disfrutando de una irrealidad que poco se corresponde con la realidad. Puertas que se abren, proyectos que se diseñan específicamente para que los realicen, facilidades mil que, lejos de servir para enseñar a pescar, lo que hace es ponerle el pez en el anzuelo.
Es posible que no tarden mucho en aflorar situaciones escandalosas por el sostenimiento artificial de empresas y negocios que no tienen más recorrido que una bonita foto. Porque la estadística es terca y tozuda como bien muestra mi compañero Lucerito en esta entrada, el 90% de las iniciativas fracasa...¿quién sacará entonces la cara por estas empresas?
En Pymes y Autónomos | ¿Nos asustan las estadísticas de los emprendedores? Imagen | Fgull