Minimizar gastos y maximizar el beneficio. Esta podría ser la idea sobre la que muchos negocios y empresas se han construido. Sin embargo creo que no es aplicable a todos los ámbitos, sobre todo en el laboral donde pagar el mínimo en la empresa no siempre es buena idea para el negocio.
¿Y cuánto es lo mínimo? Pensamos que es lo que nos marca el convenio, pero hay empresas que van más allá, que ofrecen puestos de trabajo que pueden ser apetecibles para aquellos trabajadores que no tienen experiencia y quieren mejorar su currículum. Pero todo tiene un límite y no hay que llegar al abuso o nos puede que tengamos un efecto rebote de publicidad negativa que no esperábamos.
¿Cuánto dura la ilusión de tener trabajo?
Además tenemos que considerar que incentivo supone para el empleado el sueldo mínimo. Muchas empresas saben que pueden cubrir estos puestos de trabajo por la cantidad de gente que existe desempleada. Incluso cuando alguien que llevaba tiempo desempleado es contratado, este sueldo mínimo la motivación de tener trabajo y poder cubrir sus necesidades básicas no se mantiene a lo largo del tiempo, y la desmotivación surge muy pronto.
Si pagas con cacahuetes no tendrás empleados, tendrás monos
Porque el sueldo mínimo, sin expectativas de mejoras en el futuro, sin sertirse cuidado y valorado por la empresa va a llevar al trabajador a la desmotivación, al mínimo compromiso para que no le despidan y poco más. Y esto no es lo mejor para el negocio en la mayoría de las empresas. Trabajamos como autómatas, lo menos posible y de forma mecánica, sin pensar ni aportar nada más allá de las ocho horas de rigor.
Y cuidado, que aquí no estoy hablando sólo del sueldo. Se puede tener el sueldo mínimo y trabajar muy motivado. Pero es necesario cuidar a los trabajadores con otras políticas retributivas que no tienen que ver necesariamente con ingresar más dinero a fin de mes. Lo malo es que muchas empresas para lograr esta motivación confunden el sistema y la frase más inspiradora es
al que no le guste ya sabe donde está la puerta
Cuidar tus recursos humanos
Esto nos lleva a tener un alto índice de rotación en las plantillas, más tiempo de trabajo perdido en la formación de los nuevos empleados, pero a la vez los que se mantienen suelen estar quemados. Muchas veces cuidamos de todos los recursos de la empresa menos de los recursos humanos. Motivar y hacer que el empleado valore su puesto de trabajo, se involucre con nuestra empresa y se sienta parte del éxito de la misma, de su crecimiento y resultados.
Y que estas mejoras también van a repercutir en ellos, les van a beneficiar de alguna manera. Manteniendo los puestos de trabajo, mejorando sus condiciones laborales, facilitando la conciliación de la vida personal y laboral, etc. Hay mil maneras de que estos ocurra, de hacer que la gente trabaje contenta y motivada. Pero es algo que hay que ir trabajando día a día, logrando este buen ambiente laboral que haga que ir cada día al trabajo no sea una carga.
Todos estos conceptos de pagos no retributivos, estas ventajas que tiene el puesto de trabajo que estamos ofreciendo más allá del sueldo tenemos que "venderlas a los empleados". Es una forma de hacerles ver que este trabajo tiene sus pequeñas recompensas más allá del sueldo, y sobre todo, de que tengan la sensación de que nos preocupamos por ellos.
En Pymes y Autónomos | Conocer a nuestro empleado para ofrecerle el paquete retributivo más interesante
Imagen | stevepb