Es llamativo como la forma más habitual de expresar nuestra gratitud hacia los demás sea centrándonos en nosotros mismos.
Estar agradecido por las cosas positivas que nos ocurren en nuestras vidas es bueno para nuestra felicidad y bienestar.
Sin embargo, cuando expresamos nuestro agradecimiento a los demás, tenemos una tendencia a hablar de nosotros mismos, cuando deberíamos estar pensando en ellos.
A menudo, cuando nos ayudan y apoyan, queremos hablar de cómo ese favor nos ha hecho sentir diciendo "me hace feliz...", realmente no estamos haciendo un reconocimiento hacia los demás, que es lo que deberíamos estar haciendo.
En el ámbito laboral ocurre lo mismo y se agrava cuando lo hacemos para mostrar nuestra gratitud hacia nuestros colaboradores, centrándonos en nosotros mismos.
Cuando lo hacemos nuestro propósito es fortalecer la relación con los miembros de nuestro equipo y la mejor manera es reconocer y validar la acciones de nuestros benefactores, por eso, nuestra gratitud debería de comenzar por "me has hecho un gran favor..." o "has sido realmente ejemplar...".
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