El Gobierno permitirá despedir a las empresas al borde de la quiebra

El Gobierno permitirá despedir a las empresas al borde de la quiebra
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Si bien el ERTE, hasta ahora estaba siendo la tabla de salvación para muchos trabajadores y la CEOE ha ratificado el preacuerdo alcanzado con el Gobierno y los sindicatos por el que se prorrogan hasta final de junio y se mantiene la protección por desempleo y la exoneración de cotización, hay un nuevo matiz.

La novedad es que quedarán excluidas del compromiso de no despedir a los trabajadores, aquellas empresas que estén en riesgo de acogerse a un concurso de acreedores, es decir, al borde de la quiebra. Algo natural si tenemos en cuenta el escenario actual.

Prohibir o no prohibir el despido, ésa es la cuestión

Prohibir el despido era uno de los puntos que no convencían a muchos empresarios puesto que consideraban imposible mantener el puesto de trabajo a su plantilla si el final 'lógico' en un contexto donde es difícil trabajar y por ende conseguir beneficios, era la quiebra.

La desconfianza entre algunos miembros de la patronal y el Ejecutivo equivale a la misma incertidumbre que sienten los trabajadores que no sólo ven peligrar sus puestos de trabajo, sino que sólo escuchan los datos de paro tan preocupantes.

El punto de conflicto es la exigencia de que no se extingan contratos por fuerza mayor o causas económicas, técnicas, organizativas y de producción provocadas por la pandemia hasta el año 2021.

El Ministerio de Trabajo impuso que las empresas que no mantuvieran intacta su plantilla hasta final de año deberían devolver todas las ayudas recibidas, lo que se traducía en el reembolso de las cotizaciones de las que se vieron exentas, incluyendo además los recargos e intereses de demora.

Según los representantes de la CEOE, esta decisión del Ejecutivo no implicará una avalancha de litigios puesto que para solicitar el concurso de acreedores se necesitan unos requisitos claros y concretos.

Los empresarios no quieren nueva normalidad

Los empresarios están satisfechos con el acuerdo. Según Garamendi, el objetivo es construir unos «vasos comunicantes» entre los ERTE y la desescalada del país para lograr que España pueda volver «de nuevo a la normalidad». «No queremos ir a la nueva normalidad, sino volver de nuevo a la normalidad», ha insistido.

De no ser así, las consecuencias podrían ser devastadoras para la economía española. «Los empresarios estamos deseando reincorporar a todo el mundo al trabajo pero va a ser difícil. El propio Gobierno lo reconoce. Esperamos no llegar al 20% de tasa de paro que se vaticina».

Las empresas que reinicien la actividad con reducciones de jornada podrá descontarse el 85% de las cuotas de mayo y el 70% de las de junio en caso de que cuenten con menos de 50 trabajadores, porcentaje que será del 60% en mayo y el 45% en junio si tienen más empleados.

Aquellas que reanuden su actividad pero mantengan a parte de su plantilla en suspenso podrán descontarse el 60% de las cuotas de mayo y el 45% de las de junio (menos de 50 trabajadores) y el 45 % de las cuotas de mayo y el 30% de las de junio (más empleados).

Estas medidas estarán sujetas al compromiso de la empresa, a excepción de las que estén en riesgo de entrar en concurso, de mantener el empleo durante el plazo de seis meses desde la fecha de reanudación de la actividad, es decir, la reincorporación al trabajo efectivo de sus trabajadores, aún cuando sea de forma parcial o sólo afecte a parte de la plantilla.

Se avecinan tiempos de diálogo entre los empresarios y el Ejecutivo

El presidente de la patronal, ha asegurado que le hubiera gustado una una propuesta a más largo plazo que diese «seguridad y certidumbre a las empresas y a las personas trabajadoras, para acompañarlas en el proceso de recuperación total de la actividad».

Sin embargo, «dentro de los márgenes temporales y presupuestarios del Gobierno», los miembros del Comité entienden que este acuerdo, «aunque no es el deseado, mejora la propuesta inicial, por lo que se ha decidido dar el visto bueno con el objetivo de aportar seguridad jurídica».

Lo que esto significa es que vienen tiempos de diálogo entre empresarios y el Gobierno, sobre todo de los sectores más afectados como la restauración, hostelería, comercio, sector del automóvil, etcétera.

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      Ciñéndonos estrictamente al título... Lo veo correcto pues es una medida que protege al asalariado fundamentalmente frente a la propia Administración así como a la prelación del pago una vez se decreta el concurso. Bueno, no a la prelación propiamente dicha, sino a la posibilidad del pago.

      Es decir, no nos perdamos, no beneficia en nada a la empresa como tal, pero al pasar de 45 y 33 (dependiendo del inicio de la relación contractual) a 20 se está consiguiendo, de hecho, que más asalariados puedan acceder a una indemnización, aunque sea menor, de manera previa a que ya no puedan por acción de la propia liquidación.

      En parte lo hace de forma egoísta por temas de FOGASA, pero con todo y ello, beneficia al asalariado en último término, es por tanto una buena medida, pero no cómo se está vendiendo por parte del Ejecutivo.

      Yendo un poco más al meollo del asunto... Esto ha sido una locura y uno de los mayores errores de la gestión económica de los efectos del Covid-19. Con el tiempo se verá y se denunciará, porque los efectos a medio y largo plazo son potencialmente devastadores.

      Se ha OBLIGADO a la inmensa mayoría de la empresa y autónomos con fuerza laboral asalariada a acudir a esta figura sin ofrecerle otra opción para tratar de salvar la situación. Y esto ha sido así tanto por la información proporcionada (menos que CERO) como por el efecto del cierre de la Administración para, valga la redundancia, resolver dudas de carácter administrativo. Las gestorías... pues se mezcló con tema de impuestos, trimestres y la avalancha de los ERTE. Es decir, una pistola en la sien sin tiempo para reflexionar. Pero tanto que hubo autónomos y empresas que, incluso antes de 5 días, ya tenían presentado el ERTE y MUCHOS calificándolo o solicitándolo MAL (tema de CNAE principalmente). Es decir, en vez de usar uno ETOP (bonificado o no) se fueron a uno de xCFM y ello conllevó la denegación y nueva presentación o una aceptación del mismo por silencio administrativo o error de quien lo tramitó en la Comunidad Autónoma respectiva con las POSIBLES y GRAVOSÍSIMAS consecuencias futuras. Es más, personalmente hablé con varios clientes (nada que ver con el ámbito laboral sino con mi actividad actual) para que, una vez concedido el ERTE, lo modificasen (que no es tan simple ya que no es una modificación sino una anulación y una nueva solicitd). A día de hoy y tras pasar por su gestoría o consultoría me lo agradecen.

      Es decir, también hay ERTE por causas ETOP bonificados (los cuáles tampoco recomiendo), pero la falta de información y la espada de Damocles del empleador de turno proveniente del pago de los Seguros Sociales y de las nóminas, no daban tiempo a pensar con claridad. Y, además, de manera equivocada pues, que es un drama, pocos empleadores saben a la postre que los SS son de devengo diferido. Es decir, pasase lo que pasase a finales de marzo se pagaban los de febrero, no los de marzo.

      Resumiendo, se promocionó y casi se obligó a todo el mundo a acudir a un ERTE “bonificado”.

      El problema viene ahora que se han concretado las medidas o exigencias de haberse sujetado al mismo. Y una de ellas hasta se ha perdido en esta entrada: básicamente se eliminan todas las bonificaciones si, HASTA SEIS MESES DESPUÉS, NO DE INICIAR NUEVAMENTE LA ACTIVIDAD SINO DE MANTENER PERSONAL BAJO EL ABRIGO DE LA FIGURA DEL ERTE, se acude a despidos por causas ETOP (20 días por año con preaviso de 15 días) o incluso a despidos disciplinarios con efecto o reconocimiento de improcedencia (33 días por año sin preaviso), ambos con los límites temporales a efectos de indemnización normativamente establecidos.

      Y cuáles son las bonificaciones (principales):

      - Mora en los impuestos.
      - Exención del pago de los Seguros Sociales a cargo de la empresa.
      - Exención de recaudación y pago de los Seguros Sociales a cargo del asalariado (derivada).
      - Exención de la recaudación y liquidación del IRPF a cargo del asalariado (derivada).
      - RESPONSABILIDAD A LA HORA DE CALIFICACIÓN Y CONCESIÓN DE LA PRESTACIÓN (la más cuantiosa y olvidada en la entrada, pero olvidada porque no se cuenta por la tele, claro).
      - Mora de TODO ELLO.

      Y sin ponerme más técnico, que lo lamento, vamos a poner un ejemplo práctico:

      - Concedido el ERTE bonificado reanudas la actividad.
      - Tratas de ir adelante consumiendo la financiación que te han ofrecido vía ICO.
      - Te das cuenta de que o reduces la masa salarial o te vas al garete (la empresa, los asalariados y tú).
      - Os jodéis todos pues no puedes despedir a nadie.
      - Todos al concurso.

      Pero, que aquí viene lo interesante: el Estado, si con todo y ello, tratando de salvar la situación, procedes a algún tipo de despido:

      - MORA EN LOS IMPUESTOS: recargo del 20% de la cuota liquidable. No sé si puede llegar al 35% como en la Seguridad Social en este momento.
      - EXENCIÓN EN LOS SS A CARGO DE LA EMPRESA: son de la TOTALIDAD DE LA PLANTILLA, y tienes que aplicar el recargo por por mora. Esto es, todo ello y entre un 20 y un 35% añadido.
      - EXENCIÓN DE LA RECAUDACIÓN Y PAGO DE LOS SEGUROS SOCIALES A CARGO DEL ASALARIADO: es una derivada porque te habría correspondido recaudarlos a ti, y como han pasado al Estado pues… te toca pagarlos ahora. Añade el recargo de entre un 20% y un 35%.
      - EXENCIÓN DE LA RECAUDACIÓN Y PAGO DEL IRPF: como el anterior, pero desconozco nuevamente si se puede llegar al 35% ya que esto es Hacienda, no la Seguridad Social.
      - RESPONSABILIDAD A LA HORA DE CALIFICACIÓN Y CONCESIÓN DE LA PRESTACIÓN: Pues, agrarrémonos que vienen curvas (no, no las prostitutas del Este sino las que te pueden hacer vomitar): Asunción del 100% del 70% de la base reguladora abonada durante todo el período y para LA TOTALIDAD DE LA PLANTILLA. Y como esto es una deuda con la SS, pues el recargo del 20% y hasta el 35%.

      Es decir, resumiendo y subiéndome la tensión: la mayor HIJOPUTEZ que ha creado madre. Una LOCURA LO QUE SE HA APROBADO. Un auténtico y genuino nuevo infierno de Dante para añadir a la colección.

      Y TODO basado en la DESINFORMACIÓN de a quienes se ha OBLIGADO a hacer uso de esta figura.

      Un día saldrá todo tras los efectos y se tratará de echar culpas, pero los responsables ya no estarán en la política activa.

      Mi primer mensaje sobre este tema y la problemática de la figura del ERTE (en cuanto se hicieron públicas las bondades de las “bonificaciones”) es de mediados de MARZO, tras la declaración y puesta en la mesa la figura. Y a día de hoy (tras la firmita de ayer) TODO se ha confirmado.

      Que Dios (soy ateo y apóstata frustrado porque no me la “concedieron”, la apostasía) pille confesados a los autónomos, micro y pequeña empresa que se haya acogido a esta figura.

      Yo, que es lo que he recomendado desde el primer día a todo el mundo, he podido solicitar (con acuerdo e informando de esto a toda mi masa salarial, que quede claro) un ERTE por causas ETOP NO BONIFICADO (consumiendo paro ellos y apechugando yo los seguros sociales) desde el 1 de abril de 2020 y me han ofrecido financiación NO LIGADA A LOS ICO COVID-19 con un interés inferior al 1% y sin carencia alguna. La financiación lo hice fuera porque no tenía claras las implicaciones de ser también una “bonificación o ayuda”.

      Y es, para el que a día de hoy pueda, la únca alternativa que recomiendo. Porque, que me “den” (que tiene guasa la cosa) dinero para atraparme y llevar a mi empresa a su liquidación me toca las pelotas. Esta gente está LOCA, pero LOCA DE ATAR con cadenas.

      Espero de verdad que se demuestre todo lo contrario y que yo haya sido un loco. El tiempo, por desgracia, dará o quitará razón. Pero que jodan a la razón, que no puede ser otra cosa y en este caso que la puta trompeta anunciadora de la calamidad (por no llamar a jinete alguno).

      Esto ha sido un ERROR, un CRASO ERROR, un CATASTRÓFICO ERROR. No lo comprendo, de verdad que no lo comprendo. ¿Dónde estaban los técnicos?, literalmente. ¿Dónde coño estaba el área técnica de los cuatro ministerios implicados para hacer ver a sus jefes que esto era una puta LOCURA?

      No lo entiendo, de verdad que no lo entiendo.

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