Si ayer comentábamos los planes del Ministerio de Agenda Digital para ayudar a las pymes en su digitalización, hoy vamos a darnos un baño de realidad gracias al informe del Observatorio Vodafone de la Empresa. Y la realidad es que la digitalización no es una prioridad para la pyme.
Lo cierto es que cuando se ha preguntado a estas empresas por su valoración sobre la digitalización aprueba con un 6 sobre diez, pero lo cierto es que solo un 2% tiene a la digitalización como una de sus preocupaciones. En las grandes empresas ese porcentaje sube hasta el 12%. Y es que la empresa quizá percibe que tiene un grado de digitalización mayor del que en realidad tiene.
La pyme se va a digitalizar, pero hoy no mañana
Utilizar ordenadores y estar conectados a internet no es estar digitalizados es estar informatizados y quizá por aquí vienen los errores de percepción. De ahí también que sólo un 14% de los profesionales y micropymes, un 19% en el caso de las pymes tengan planes de digitalización concretos.
La conectividad y la seguridad son las áreas donde las pymes conceden más importancia. Aquí muchas han sufrido ataques en los últimos años, donde lo cierto es que han tomado conciencia de la importancia que tiene para ellos mantener sus procesos de negocio en un entorno seguro, pero a la vez dotarlos de la necesaria conectividad para acceder en cualquier momento o desde cualquier lugar.
Sin embargo esto choca con la importancia que las pymes le dan a la nube, el uso del software o el almacenamiento de la información, muy importantes solo para uno de cada cuatro profesionales y microempresas o una de cada tres pymes.
Tampoco el Big Data o el internet de las cosas son importantes. Y lo peor es que tampoco se digitalizan procesos que tienen que ver con la relación y búsqueda de clientes, como el caso de las campañas de publicidad, posicionamiento en buscadores u otras acciones de marketing, donde en su conjunto ni siquiera una de cada tres pymes apuestan por la digitalización.
El principal impedimento para la digitalización de la empresa es sin duda los costes asociados, que en muchos casos se ven como inalcanzables. Si a esto le sumamos un desconocimiento de la oferta o la ausencia de personal cualificado para llevar a cabo esta digitalización tenemos todos los ingredientes necesarios para estar en este punto.
En definitiva, una parte no preocupa lo necesario, no se tienen los recursos humanos necesarios y no hay inversión suficiente. Todo ello hace que la digitalización sea un cocktel difícil de digerir para la pyme. Y esto a pesar de que en su mayoría perciben beneficios que se traducen en mejoras de los procesos internos, ahorro de tiempo o una mayor eficiencia que harían a la empresa más competitiva.
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