Desde la década de los años sesenta los hemos referido al sector turístico como el sector que más ha ayudado a compensar el fuerte saldo negativo que tradicionalmente ostenta nuestra balanza comercial.
Aunque en los últimos años se ha apuntado a un fuerte deterioro de la competitividad del sector, fruto de las alzas de precios que han tenido lugar desde que formamos parte de la unión monetaria europea, sus números siguen despertando mucha envidia, ya que ni la crisis que atraviesa Europa ni el descenso de la actividad de la aviación comercial, están afectando al cifras de extranjeros que nos visitan.
Esta situación se ha confirmado nuevamente al cierre del pasado mes de junio, cuando nos visitaron 6,3% millones de extranjeros, una cifra un 5,3% superior a la del mismo mes del año anterior, lo que sin lugar a dudas nos ayudará a conseguir unos buenos resultados en esta época estival.
A pesar de estos datos tan esperanzadores, algunos buscan la causa de este incremento de turistas en el aumento de la tensión geopolítica en los países del norte de África y oriente medio, pero yo me mantengo firmemente convencido en que la calidad de nuestra oferta turística, nuestro clima, y nuestro producto turístico siguen siendo de mucho interés, y aún con mucho recorrido de futuro.
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