Hoy me ha llamado la atención un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) en el que se concluye que en España se realizan demasiadas horas extraordinarias, y en el que se indica que se realizan hasta un total de 2.521.800 horas extraordinarias a la semana, lo que equivale a 72.000 jornadas laborales completas de 35 horas.
En otras ocasiones ya me he mostrado totalmente contrario a esta situación, puesto que una dilatación de las jornadas de trabajo ha de considerarse un recurso ‘excepcional’, siendo totalmente contraproducente para la productividad y el ambiente de trabajo si se recurre a ellas con cierta frecuencia.
En este sentido, muchas empresas deberían replantearse este recurso, teniendo en cuenta los graves riesgos que conllevan, en términos de productividad, relaciones con los subordinados y en el clima de la empresa si se recurre a ellas con demasiada frecuencia. Aspectos muy sensibles que hay que cuidar en estos tiempos de crisis para promover unas relaciones laborales eficaces, tal y como se produce en otros países europeos que también muestran una mejor salud financiera que la nuestra.
Es cierto que en muchas ocasiones, los propios trabajadores se encuentran ‘obligados’ a acceder a estas para complementar sus ingresos en un entorno en el que los salarios son muy ajustados y que acusan un nulo crecimiento ante la subida generalizada del nivel de precios, pero tal vez habría que legislar respecto a esta situación que siempre han de tener la consideración de ‘extraordinarias’ y evitar que se utilicen para penalizar el objetivo que se argumenta para justificarlas.
En Pymes y Autónomos | Más horas de trabajo no suponen mayor rendimiento
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