Hoy se ha conocido que la Agencia tributaria va a tener serias dificultades para cumplir con el objetivo de ingresos tributarios, un 'fracaso' que tiene que ver mucho por la incidencia del fraude fiscal, que lejos de desaparecer, ha crecido con la crisis económica.
Para combatirlo, el gobierno de nuestra vecina Portugal se le ha ocurrido una idea muy original, la de sortear cada semana un coche entre los consumidores que soliciten una factura al realizar el pago por la compra de algún bien o servicio en alguna empresa del país.
Esta medida a pesar de ser muy 'populista', se trata de un esfuerzo para concienciar a la ciudadanía de que el fraude fiscal perjudica a todos los agentes de la economía, y las empresas que lo practican, ejercen una competencia desproporcionada y desleal a las empresas que operan en el mercado con la legalidad como bandera.
No es que la iniciativa en sí me parezca buena, pero lo que sí valoro muy gratamente es el esfuerzo que se está realizando para poner en valor esta idea. Un camino por el que nos queda mucho por recorrer, y sobre el que se debería tomar una mayor conciencia por sus graves implicaciones para nuestro tejido empresarial, y la economía española en su conjunto.
En Pymes y Autónomos | ¿Estamos ante un 'éxtasis' del optimismo? Imagen | mahatsorri