Windows XP ha terminado teniendo una vida demasiado larga. Once años después de su lanzamiento y un par de nuevas generaciones del sistema operativo empresarial por excelencia, parece que a las empresas les sigue costando actualizar su sistema.
No en vano, la propia empresa Microsoft ha comentado en su blog para empresas la necesidad de continuar con el proceso de actualización a un sistema operativo más moderno como Windows 7. De lo contrario, mantener el antiguo puede resultar hasta cinco veces más caro que realizar la actualización.
Las razones de la compañía no es ninguna tontería: un sistema operativo de más de diez años puede estar muy expuesto a problemas de seguridad, más si cabe si tenemos en cuenta que el soporte por parte de Microsoft terminará en el año 2014, de ahí la necesidad de actualizar lo antes posible para evitar posibles sustos más adelante.
Para los usuarios que utilizan Windows Vista, Microsoft les recomienda saltarse un paso y no actualizar a Windows 7 si no directamente a Windows 8, algo que puede ser una muy buena oportunidad para migrar a la nueva versión, al ofrecer la actualización al precio de 29,99 euros, evitando así que nos pueda salir más caro más adelante.
El gran problema es que Windows 8 supone un cambio muy brusco si realizamos la migración directamente desde Windows XP ya que, aunque tiene una interfaz sencilla de usar, es posible que nuestros empleados tarden en adaptarse al nuevo sistema operativo y por tanto se reduzca su productividad, aunque sea de forma temporal.
De todos modos, el cambio habrá que realizarlo tarde o temprano. Todavía son muchas las empresas que siguen utilizando Windows XP, y cuanto antes lo hagamos, más pronto nos podremos habituar al cambio.
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