En un entorno en el que la morosidad en las empresas está a la orden del día, sufriendo muchas de ellas el retraso e incluso el impago de facturas pendientes de cobro por parte de la administración. Para intentar combatir este fenómeno, el gobierno dedicó el pasado año unos recursos importantes, a través del primer Plan de pago a proveedores, pero aún así, no ha sido posible resolver algunas cuestiones tan importantes como el plazo máximo en el que han de abonar las cantidades adeudadas.
Como la evidencia es clara, el ministro titular de la cartera de Hacienda, Cristóbal Montoro, no ha tenido más remedio que reformular dicho plan en su ampliación prevista para el presente ejercicio fiscal de 2013, siendo mucho más preciso en cuanto al plazo máximo de pago, que según ha indicado se pretende fijar en 30 días.
Así sobre el papel esta medida me resulta una buena propuesta, pero como en otras ocasiones peca de poco fiable, porque al carecer, presumiblemente, de sanciones en caso de incumplimiento, se podría convertir en una mera recomendación. Quizás muchos de vosotros me tachéis de pesimista, pero compartirán conmigo la opinión de que no podemos confiar en que una ley de este calado pretenda ser igual de efectiva en el sector público que en el sector privado.
No obstante no tiene por qué ser un objetivo imposible, solo bastaría con introducir los incentivos adecuados, como por ejemplo el penalizar a las Comunidades Autónomas o a los Entes locales que sean menos escrupulosos a la hora de asumir sus compromisos de pago.
En Pymes y Autónomos | Plan de pago a proveedores, desde hoy las empresas pueden solicitarlo
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