Finalmente ayer a última hora Gobierno y sindicatos llegaron a un acuerdo para subir el salario mínimo. El SMI subirá 15 euros y de rebote posiblemente las cotizaciones de autónomos como daño colateral. Ya era algo prevista y la subida será algo testimonial, alrededor de tres euros para los que cotizan por la base mínima y hasta 12 para los que lo hacen por la máxima.
Y la subida se aplicará ya este mismo mes de septiembre, así que más trabajo para el departamento de recursos humanos o las asesorías laborales, porque hay poco margen para recalcular las nóminas con este nuevo baremo.
No se han acordado las subidas para 2022 y 2023. Sin embargo si mantienen el objetivo de llegar al final de la legislatura, en 2023, igualando el SMI con el 60% del salario medio. Esto supone necesariamente más incrementos y más elevados en estos dos años.
No se ha sumado al acuerdo los representantes de las empresas. Los argumentos son conocidos. Ahora no toca. Perjudica la recuperación y afecta a la contratación. Cuestionable, al menos, cuando se están negociando sin problemas convenios colectivos con subidas por encima de la pactada aquí.
¿Qué supone la subida de 15 euros? Pues la realidad es que es aproximadamente un 1,6% y se sitúa en el tramo medio bajo de la recomendación efectuada por el grupo de expertos. Si tenemos en cuenta que en agosto el IPC se situaba en el 3,3%, de hecho supone una pérdida de poder adquisitivo para los que tienen dicho salario.
Sería bueno, para las empresas y para los trabajadores, que las dos próximas subidas sean fruto del diálogo social. De poco servirá llegar a ese 60% si después en los próximos años se queda congelado como ya ocurrió en el pasado dejando que vuelva a quedarse muy por detrás del salario medio.
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