La pyme o su máximo responsable personificado en la figura del autónomo o pequeño empresario tiene amplitud de miras cortas para valorar justamente determinados puestos de trabajo cubiertos a nivel estructural. En particular, por su generalidad, vamos a detallar el caso del administrativo.
Cualquier empresa que goce de una pequeña infraestructura requiere una persona para desempeñar las labores administrativas de la misma. Pero claro, en este punto comienza una difusa línea que muchos empresarios desconocen y otros quieren desconocer. ¿Cual es el alcance de un puesto administrativo?
La postura normal de muchos jefes pasa por no querer saber nada de los papeles de la empresa y partiendo de este desconocimiento se da por hecho que un administrativo tiene que saber desde mandar un fax a confeccionar el impuesto de sociedades, llevar la contabilidad, hacer las facturas, gestionar los cobros y pagos, recoger el correo y ya de paso limpiar la oficina y traer el café.
Además, muchos piensan que la labor de estos administrativos reportan sólo costes salariales y no aportan un valor añadido a la empresa. Esta mentalidad provoca que se busquen auxiliares administrativos, o se contraten bajo estas fórmulas a licenciados y diplomados de áreas de dirección de empresas o módulos superiores de formación profesional.
Se agrupan mentalmente las labores de administración, secretariado, contabilidad y fiscalidad en donde se infravalora totalmente el puesto de trabajo que cada pyme tiene diseñado al efecto.
Esta incorrecta adecuación genera una amplia rotación de personal a costa de salarios bajos y por ende una pésima organización administrativa en la propia empresa. El trabajador que asume un trabajo así en una empresa con esta mentalidad, dura lo que duran dos trozos de hielo en un whisky on the rocks, bien porque aspira a mucho más, imaginemos un licenciado en LADE, bien porque el puesto le viene grande, imaginemos un módulo medio de administración.
Las consecuencias de esta mentalidad sólo perjudican a la propia empresa en donde el origen de todos los males proviene por el desconocimiento de las labores propias de gestión empresarial, la infravaloración de determinados puestos de trabajo y la desidia por potenciar las áreas estructurales de la empresa.
Ese no es el camino, puesto que una mala administración en la pyme merma los resultados en una horquilla del 20% al 50% sobre los resultados óptimos. Aunque claro, el sobredimensionado del puesto, es otro problema, del que también hablaré próximamente.
Imagen | Fernando Pastor
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