Despidos "muy procedentes" con un poco de humor

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HOY SE HABLA DE

Os preguntareis qué tiene que ver el vídeo que encabeza el post con "Cumpleaños Feliz" y la temática del post, es decir un despido muy procedente, pero bueno seguid leyendo que al final encontraremos la relación. Me vais a permitir la licencia de reflexionar un poco en tónica de humor sobre la difusa línea que separa la frontera de las relaciones personales dentro de las propias relaciones profesionales y cómo se pueden producir situaciones que desencadenen un despido.

¿Hasta donde deben llegar las relaciones personales? No lo sé y no existe un punto exacto pero lo que es lógico que no se debe invadir la intimidad de otra persona salvo que ella quiera. Es más si la otra persona tiene mayor grado de poder sobre nosotros, nos puede costar el despido o una situación lo suficientemente incómoda para que dejemos de trabajar en la empresa ¿Vemos un ejemplo? Os paso una historia que me ha llegado por mail que podría ser perfectamente quasireal. Texto extraido del diario de una jefa cualquiera.

Hoy he despedido a mi secretario ¿por qué lo he hecho?

Ayer era mi 37 cumpleaños, Mi humor no estaba muy bien que digamos, aquella mañana, al despertarme me dirigí a la cocina para tomar un café a la espera de que mi marido me dijese:
Feliz cumpleaños, querida
Pero él no me dijo ni Buenos días... Me dije:
¿Ese es el hombre que yo me merezco?
Pero continúe imaginando: 'Los niños seguro que se acordarán'. Pero cuando llegaron para desayunar no dijeron ni una palabra. Así, salí de casa bastante desanimada, pero me sentí un poco mejor cuando entre en mi oficina y el estudiante en prácticas me dijo:
-Buenos días, Jefa, Feliz cumpleaños!
Finalmente alguien se había acordado. Trabajamos hasta el medio día, cuando mi secretario entró en la oficina, diciendo:
-Sabe Jefa.......hace un hermoso día y ya que es el día de su cumpleaños, podríamos almorzar juntos, solos usted y yo.
Acepte, y fuimos a un lugar bastante reservado. Nos divertimos mucho, y en el camino de vuelta, él propuso:
-Con este día tan bonito, creo que no deberíamos volver a la oficina. Vamos hasta mi casa y allí podemos tomar una copa.
Fuimos entonces a su apartamento, y mientras yo saboreaba un Martini, él dijo:
Si no le importa voy un momento a cambiarme y ponerme una ropa un poco más cómoda. Está bien, como quieras, - respondí.
Pasados cinco minutos, más o menos, él salió del cuarto con un enorme pastel con 37 velitas, seguido por mi marido, mis hijos, mis amigos y todo el personal de la oficina y todos cantando, 'Cumpleaños Feliz'...!

Y allí estaba yo, en pelotas, echada en el sofá esperando al gilipollas!!!

Por eso he despedido a este cabrón, esas mariconadas no se hacen.

Sacad vuestras propias conclusiones sobre el límite en las relaciones personales pero tengamos en cuenta que pueden tener consecuencias.

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