Los negocios no se hacen en la oficina

Los negocios no se hacen en la oficina
3 comentarios
HOY SE HABLA DE

Ante mi natural tendencia a pasarme días y días encerrado en el despacho trabajando, a veces hasta altas horas de la noche, llegando incluso a salir de madrugada del despacho y más allá de las consecuencias que de ello pueden emanar (como ya he mencionado en esta misma tribuna en otros artículos), se derivan otras conclusiones que pueden servirnos a todos. Esa fijación por el trabajo puede hacernos llevar a pensar que los negocios se hacen en la oficina y como me bien me enseño un buen amigo mío eso no es exactamente así, veámoslo.

Tenemos cierta tendencia a pensar que nuestras dependencias son el punto clave de nuestros negocios, que nuestro despacho es aquel lugar sagrado donde pensamos, donde desarrollamos nuestras ideas, donde en definitiva creemos que “vivimos” profesionalmente. Sin muchas veces caer en la cuenta de que en la mayoría de las ocasiones los negocios no se hacen en la oficina, sino que los negocios se cierran en la oficina.

Y esto nos conduce a una doble vertiente, la de nuestra propia relación personal con nuestros negocios y la de la importancia de las relaciones sociales.

Si de nuestra relación personal con nuestros negocios hablamos, está claro que muchas veces pensamos que estamos haciendo negocios mientras estamos en la oficina sin caer en la cuenta que igual algunas de esas horas no nos son tan productivas, al contrario, en muchas ocasiones la inspiración nos viene leyendo, desayunando, en el cine o practicando deporte por poner algunos ejemplos, ¿esto significa que debemos sustituir la oficina por la bicicleta estática o por el croissant y el periódico?, no ni mucho menos, significa que a veces hemos de desacralizar el entorno de trabajo y ver que nuestra inspiración, nuestra respuesta profesional se puede encontrar en cualquier lugar y momento del día, llámenme enfermizo pero yo antiguamente no salía de casa sin un bloc de notas y un bolígrafo, actualmente no paro de apuntar anotaciones en mi Smartphone en los momentos más inverosímiles.

Y en lo que respecta a nuestra relación con los clientes, con proveedores, con contactos de negocios en general, muchas veces caemos en el error de quitar importancia a las relaciones personales, al contacto fuera de la oficina, nunca se me olvidara la frase de ese buen amigo mío, “ Jordi, los negocios no se hacen en la oficina, los negocios se hacen comiendo en un restaurante, jugando al golf, jugando al golf y mientras mantenemos una conversación nada profesional, una conversación informal, luego, los negocios se cerraran, se firmaran en la oficina”.

En Pymes y Autónomos | Adicción al trabajo, la necesidad de saber desconectar
Imagen | morethangolf

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Comentarios cerrados
    • Totalmente de acuerdo.

      De los smartphones por ahora pienso igual que Peter Bregman sobre el iPad http://blogs.hbr.org/bregman/2010/06/why-i-returned-my-ipad.html , por eso aún no han conseguido sustituir mi libreta (Moleskine para mas señas) y varios bolígrafos (siempre uno negro y/o azul y otro rojo). Mucho mejor para hacer gráficos y esquemas.

      Si alguno piensa que estoy como unas maracas, efectivamente tiene razón.

    • como echo de menos aquellos tiempos donde los transportes se hacían en diligencia, se trabajaba a la luz del candil, y los negocios se hacían en la cantina del pueblo ! odio la tecnología !!!

    • Buenas noches Chowdon,

      Jejeje…veo que somos muy diferentes en algunas cosas pero muy parecidos en otras. Yo soy un obsesivo de apuntarme las cosas y llevo años y años apuntando en mis agendas gráficos, planes, notas,….una locura, a veces incluso cuando mi pareja o alguien lo han visto me han tomado por un bicho raro (bien, lo que soy) pues han visto hojas y hojas llenas de letra mínima que solo me entiendo yo y con un desmenuzamiento y detalle al límite… jejej, a veces me acuerdo de esa película “una mente maravillosa” cuando de su propia locura en el despacho tiene todo de papeles y notas colgadas.

      Si además a todo le sumas que entre lo pijo y snob que soy y con ello lo adicto que soy a tener siempre los últimos gadgets ahora he traspasado esa obsesión de la agenda de papel a los aparatitos tecnológicos (y no te diré entre portátiles de distintos tamaños, móviles de distintos usos, smartphones y demás bichos tecnológicos todos los que tengo, porque ya no solo alucinarías sino que si ya piensas que estoy un poco mal entonces me encerrarías por loco), pues imagínate la cantidad de anotaciones, lugares y horas que dedico a ello….la verdad es que en estos últimos tiempos cada vez voy controlándolo más pero la verdad es que siempre apuntarlo todo y desarrollar mil y una cosas ha sido una obsesión.

      Saludos,

      JORDI

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