En todas las organizaciones empresariales se disponen de un conjunto determinado de activos, que en algún momento del tiempo hemos ido adquiriendo para alcanzar la capacidad necesaria que nos permitió alcanzar un determinado nivel de producción y/o una cierta capacidad de servicio.
Estarán conmigo, en que las circunstancias del negocio van cambiando con el tiempo, y especialmente, en una época de crisis como la actual, muchos negocios cuentan con unos recursos ociosos, que les están costando dinero su infrautilización, o bien, están incurriendo en un coste de oportunidad que no podemos obviar.
Localizar un ejemplo es en realidad más sencillo de lo que podemos pensar a priori, solo tenemos que ver la cantidad de oficinas que cuentan con un espacio mucho mayor a sus necesidades actuales, una flota de vehículos de la que obtenemos un rendimiento mínimo, maquinaria, y así, hasta un largo etcétera.
Por tanto, podríamos arrendar algunos de estos activos, una iniciativa que nos podría ayudar a cubrir los costes de su mantenimiento, o incluso, obtener unos ingresos extra en una coyuntura en la que los números del negocio cada vez salen con mayor dificultad.
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