La práctica del teletrabajo está cada vez más exendida. Ya no sólo por las grandes empresas sino por autónomos y pymes que bien por horrar costes, por la deslocalización de las personas que forman sus equipos o por la propia característica de la actividad que realizan ponen en práctica este sistema de trabajo. Sin embargo éste metodo mal aplicado puede ser contraproducente.
A priori, trabajar en casa parece una opción muy ómoda y atractiva, sin embargo hay que tener en cuenta ciertas cosas para no pasar de trabajar en casa a vivir en el trabajo. Estas son unas recomendaciones básicas para que el teletrabajo no nos hunda.
En primer lugar, buscar un espacio independiente para trabajar. El ambiente, el espacio o las condiciones en las que tenemos que trabajar han de diferenciarse del resto de la casa, por un lado para que una cosa no entorpezca a la otra y, por otro lado, para poder diferenciar el momento en el que estamos trabajando del tiempo de ocio doméstico o del ambiente familiar.
Segundo, establecer una rutina y unos hábitos de trabajo. Trabajar en casa sigue siendo trabajar y, al igual que la parte física que comentamos en el punto anterior, debemos diferenciar el momento en el que estamos trabajando del resto. Esta separación de roles también ayuda a establecer los momentos de desconexión y a no dedicar demasiado tiempo al trabajo. Es muy positivo establecer momentos de descanso para evitar largas jornadas de trabajo que poco a poco mermen nuestra productividad.
El teletrabajo puede aislarnos del mundo por eso debemos realizar actividades fuera de casa para no estar encerrado todo el día. Salir a hacer deporte o cualquier otra actividad al aire libre se hace necesario.
Relacionado con el punto anterior, debemos procurarnos actividades sociales. A pesar de que con el teletrabajo podamos estar en contacto contante con cliente, proveedores o colaboradores, la mayor parte de las veces estas relaciones son a través del teléfono, e-mail, vía skype, etc. Sin embargo eso no sustituye la relación personal, por tanto debemos buscar actividades que impulsen un contacto social con personas de nuestro entorno.
Como toda actividad, el teletrabajo ha de estar planificado, caer en el desorden (tanto por exceso como por defecto) puede llevarnos a auténticos problemas de inadaptación a este sistema y a que la experiencia, lejos de ser positiva, se convierta en un facaso.
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Imagen | josealoly