Técnica de autocontrol: La reina de la noche

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HOY SE HABLA DE


En el día a día de la empresa nuestras emociones, sentimientos y estado de ánimo cambia en función del propio desarrollo de nuestro trabajo. Además, cuando coincide que es un día de los que nos hemos levantado con el pie izquierdo, la Ley de Murphy es infalible y si el día ha comenzado mal, seguro que irá a peor.

Pues bien, antes de explotar, decir cosas que después nos tengamos que arrepentir y controlar nuestras propias emociones, nos vamos a tomar 4 minutos para llevar a cabo este ejercicio, que consiste en estar solos y colocarnos el vídeo que acompaña a esta entrada.

Los gestos malos provocan la ira de los que nos rodean, y la ira puede traer venganza con las peligrosas consecuencias que ello conlleva. No es bueno estallar y volcar todo nuestro enfado con los que nos rodean en la oficina o en nuestro trabajo diario.

Como vemos en La Flauta Mágica, la ira y el enfado anterior invocan un deseo de venganza que al final se llevará a cabo. Para evitar que nuestros propios demonios se vuelvan contra nosotros por un mal trato a un cliente, un proveedor, nuestros compañeros de trabajo y todos los que nos rodean, ya sabeis: volumen alto hasta que vuestro cerebro se empape de Mozart.

Después de estos cuatro minutos el cabreo habrá disminuido bastante en vuestro estado de ánimo, con lo que podremos pensar mejor todas nuestras palabras y acciones.

Enlace | Video Original en Youtube
En Pymes y Autónomos | Técnica de automotivación: Nessum Dorma

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Comentarios cerrados
    • Espero no tener que ponerme así con nadie nunca...;-)

      Ahora en serio, sí es necesario saber controlarse, pero también es cierto que somos humanos, no máquinas y todo tiene un límite ¿no es cierto?

      Las discusiones a veces no conducen a buen puerto, principalmente porque es difícil escuchar cuando estás alterado.

      Me ha resultado más eficaz, pararme, dejar que el otro despotrique, y tras unos segundos en los que se siente descolocado por mi cambio de actitud, dedicarle un expresión cargada de ironía o "retranca" dicha en el tono más tranquilo.

      Suele funcionar. Aunque como dices, hay días que mejor no haberse levantado.

    • Hay una característica en algunas personas que me llevan a pensar que tienen que discutir casi por necesidad.

      ¿No os ha pasado nunca que alguna gente tiende irremediablemente al conflicto directo sin pasar siquiera por una negociación previa?

      Ahí si que nos encontramos perdidos.

    • Sí, eso ocurre a menudo Remo.

    • Las discusiones rara vez llevan a una buena solución, para que así sea se ha de dar una premisa, ambas partes quieren dialogar y tienen un nivel de empatía parecido, sino se acabó, o sino prueba a discutir con tu jefe sobre la necesidad de acabar un trabajo ipso facto o prueba a discutir con tu empleado sobre la necesidad de que sea puntual, que no te pase nada.

    • Si respondes con ironía a un enfado puedes solventar la discusión, pero posiblemente endurezcas el conflicto. La mejor forma de atacar y de atajar una discusión es parándose a respirar tranquilo y cambiar a argumentos más empáticos. Si la otra persona no responde a ellos, es hora de darse la vuelta (mental o físicamente) y ya se retomará el tema en otro momento más calmado. Discutir como forma de conseguir algo no sirve más q para actuar bajo presión, coación y disgusto.

      Saludos,

    • @Remo. Asumamos q esa actitud no dependa de factores sociales; clima de la empresa, conflicto interpersonal, etc.

      Si no es así, generalmente hablamos de un factor personal denominado obediencia a la autoridad. A pesar de lo q incluso la propia persona cree, no significa q mande bien, significa q su forma de interrelación es el ordeno y obedezco jerárquico. Si has visto la película El Método, hay un tipo de trabajador (el clásico, que arranca con un carajillo), q lo cumple a la perfección; Si hay órdenes claras las cumple, si no las hay las intenta imponer él. La solución ante la discusión ya te la estoy dando; se evita generando criterios de autoridad a su alrededor.

      También hay otro tipo muy común, q está interrelacionado, o quizás es una extensión del mismo.. Gente con muy poca tolerancia a las órdenes directas. En ese caso, la negociación pasa por hacer sentir al otro q la decisión se construye tomando en cuenta su opinión, y luego ésta se modela porq, en el fondo, lo q les activa es el modo de la negociación y no el resultado. En el fondo es lo mismo, acatarán órdenes q vengan reflejadas en estructuras impersonales (no las darán a reflexionar) y generarán conflictos si se trasmiten como imposiciones personales (generalmente realizadas tras una metedura de pata, situación conflictiva, etc).

      Para mí, la capacidad de captar la mejor forma de comunicarte con alguien, para q tanto él como tú salgáis satisfechos de la negociación, es la habilidad o el factor de inteligencia más importante hoy en día a nivel empresarial. Yo... por eso me hice autónomo. ;)

      Saludos,

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