Antes que nada, ¿qué es el outsourcing?, la verdad es que este concepto no es nuevo, es la externalización de toda la vida. Desde siempre las empresas han recurrido a otras empresas para determinados servicios, lo que ocurre es que los nuevos modelos de gestión empresarial favorecen la contratación de empresas externas que prestan servicios que antes hacían directamente personal asalariado. Por otro lado las nuevas compañías se crean bajo un modelo más moderno o con un tamaño que también tiende a la externalización.
Antes, las empresas se creaban bajo un modelo clásico donde todas tenían unos departamentos específicos para cada tarea. Administración, ventas, producción, distribución, etc. Hoy en día la mayoría de las empresas son pymes y no hay una organización tan definida, todo el mundo hace de todo porque, en la mayor parte de los casos el tamaño de la empresa no permite esa especialización.
¿Qué ofrece este nuevo modelo con respecto al antiguo? Lo primero, lógicamente, flexibilidad, el hecho de que se subcontraten determinados servicios supone que la empresa puede adaptarse a los cambios con mayor rapidez. Por ejemplo, si mi empresa de servicios informáticos quiere ampliar mercado e iniciar su actividad en otra zona geográfica, voy a hacerlo de una manera más rápida y efectiva si lo hago a través de distribuidores que hagan el trabajo de captación, atención y fidelización del cliente que si tengo que crear un equipo comercial asalariado. En el caso contrario, si una zona geográfica deja de ser interesante y tengo una infraestructura creada tengo que reubicar al personal con las dificultades que eso conlleva, de la otra manera puedo prescindir de la red de distribución sin especiales dificultades.
Otro aspecto es el económico, los costes para la empresa se reducen al eliminar los costes laborales y sustituirlos por el pago por servicios prestados. Además hay que tener en cuenta que si el servicio no es bueno o entendemos que es caro, podemos buscarnos otro proveedor mejor o más barato.
El tercer punto es el organizativo. Con este sistema, una empresa no tiene por qué tener un tamaño excesivamente grande para poder ofrecer una amplia gama de productos o servicios. Si mi empresa quiere lanzarse al mercado de internet a través de una tienda electrónica puedo subcontratar el diseño y el mantenimiento de la tienda virtual y no necesitaré un informático en plantilla para hacer eso mismo.
De todas manera la externalización requiere de la empresa un control constante de los servicios contratados. El hecho de que todos los departamentos de la empresa no estén bajo el mismo techo nos obliga a un esfuerzo mayor. Además, hay que tener en cuenta que estas contratas externas pueden estar representando o actuando en nombre de la empresa con lo que, en la mayor parte de los casos una baja calidad del servicio será visto por el cliente como un defecto nuestro no de la subcontrata.
El outsourcing debe de verse como una oportunidad tanto para la empresa que contrata el servicio como, lógicamente, para la que lo presta. El que contrata se beneficiará de que podrá maximizar su productividad "soltando lastre" en cuanto a prescindir de departamentos o servicios internos que pueden resultar gravosas para la organización sin que esta tenga que resentirse. Por el contrario, las empresas que presten esos servicios externos tienen la oportunidad de buscar, crear o aumentar mercado.
En Pymes y Autónomos | Outsourcing administrativo en la pyme Imágen | Juan Freire