Cuando se es pequeño y se tienen pocos recursos es necesario incorporar talento para hacer frente a macro-presupuestos con los que se compite, son pocos los emprendedores que se dan cuenta que necesitan la ayuda de un profesional, para acelerar su crecimiento y que puedan generar más valor.
Uno de los retos a los cuales se deben enfrentar los emprendedores es al acto de madurez de recurrir a un profesional externo que les aporte, en especial en las áreas de marketing y ventas que es dónde la mayoría suele fallar, ya que su experiencia y conocimiento está enfocado a tareas operativas por encima de labores de generación de negocios.
Habilidades clave para conseguir que su idea florezca y tenga el desarrollo que esperan en un futuro. Si además añadimos la capacidad de negociar, de poder gestionar el tiempo y saber reflexionar sobre la situación económica de la empresa, las barreras a las que se enfrentan son insalvables.
El hágaselo usted mismo en determinadas situaciones no sólo no funciona sino que ralentiza el crecimiento del negocio impidiendo desarrollar todo el potencial que tiene, esta reticencia está más vinculada a aspectos culturales que económicos y a la voluntad de ser un todoterreno que sea versátil ante cualquier situación.
Éste es uno de los principales desafíos al que se enfrenta el emprendedor a la hora de poner en marcha su idea de negocio, saber reflexionar y dejarse aconsejar y ayudar por terceros.
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Imagen | Dennis Skley