Un año más, y van ya cinco años desde la reforma fiscal de 2015 se decidiera bajar los límites. Primero se establecieron dos años de moratoria para que los afectados tuvieran tiempo de adaptarse. Después elecciones por medio y circunstancias poco propicias han hecho que se haya postergado esta decisión. Y tampoco será en 2021, porque el sistema de módulos mantendrá sus límites otro año más, pero esta vez seguir dentro puede ser peor que ir por estimación directa.
¿Cuál es el problema? Que los autónomos que tributan por módulos pagan en función de una serie de baremos que se aplican en función del negocio. Por lo general, en circunstancias normales supone una gran ventaja sobre la estimación objetiva, se paga menos, pero también una mayor simplicidad a la hora de llevar la contabilidad. Pero este año 2020 es cualquier cosa menos normal. Y la mayoría de los autónomos declarará pérdidas, aunque dentro de módulos tendrán que pagar lo mismo.
Por este motivo y de forma excepcional el Gobierno abrió la posibilidad al principio de la crisis sanitaria pudieran renunciar al sistema de módulos en 2020 para volver a inscribirse en 2021, sin necesidad de esperar tres años como es habitual si se sale de este sistema. Se paga lo mismo si se tienen muchos ingresos, que si tenemos pocos o nada. Y este 2020 saldrán perdiendo.
Son unos 400.000 los autónomos que tributan por módulos. Y no parece lógico que se mantenga vigente. Es un vestigio del pasado cuando era preferible que pagaran una cuota porque no se podía controlar cuanto facturaban. No es el caso en pleno siglo XXI, donde los autónomo en Euskadi van a tener que mandar sus facturas a la Hacienda foral en dos días en los próximos años.
Tampoco deberían quejarse mucho. Si durante años ha sido beneficioso para ellos y ahora salen perjudicados, al fin y al cabo son las reglas. Por eso los negocios consolidados, los que tienen una facturación más estable o llevan más años son los que apuestan por este sistema. Para lo bueno y para lo malo, que es lo que ha ocurrido este año donde los límite fijados por Hacienda para 2021 sean más bajos pensando en las previsiones económicas más negativas, sobre todo en el primer semestre del año.