Ya desde el año pasado el foco de la Agencia Tributaria sufrió un cambio en sus objetivos. Se centró más en unas cuantas grandes compañías en su labor inspectora antes que ir a por muchos pequeños negocios y autónomos. Y este año el sindicato de técnicos de Hacienda (GESTHA) ha solicitado al Ministerio centrarse en las grandes empresas y aparcar a pymes y autónomos.
Y con más razón este año donde los más débiles son los pequeños negocios, los autónomos son los que más problemas tienen para superar la crisis. Es en el mes de septiembre cuando el Ministerio de Hacienda fija el criterio inspector, para saber dónde se va a centrar la labor de la Agencia Tributaria, hacia donde dirige su lupa. La cuestión es que una sanción o una deuda tributaria ahora de una pyme puede acabar fácilmente en concurso de acreedores.
Además desde GESTHA consideran que la labor preventiva llevada a cabo en los últimos años, con el envío masivo de cartas de advertencia en aquellos casos en los que existía sospecha de fraude ha sido muy positiva, ya que la mayoría de los negocios prefieren regularizar por su cuenta antes de sufrir una inspección más a fondo.
Sin embargo las grandes empresas son más complicadas de investigar, tienen más medios y una estructura mucho más sofisticada a nivel fiscal. Además tienen capacidad para discutir el criterio de hacienda, ya que muchos de los asesores fiscales que tienen contratados en muchos casos provienen de la propia Agencia Tributaria.
Habrá que ver cual es la decisión final del Ministerio pero lo cierto es que con la deuda que ha generado esta crisis dudo mucho que Hacienda afloje en la lucha por el fraude fiscal. Pero este año si que puede ser mucho más complicado a la hora de establecer baremos comparativos con empresas de la competencia similares a la nuestra que hagan saltar las alarmas como ha ocurrido en años pasados.