Una de las mejoras en las coberturas para los autónomos ha sido la cotización por cese de actividad. De esta manera cuando un autónomo se queda sin trabajo o no le es rentable mantener su negocio puede cobrar el subsidio de desempleo en función de lo cotizado. Pero la realidad es otra, porque cobrar el paro siendo autónomo sigue siendo complicado, se deniegan el 40% de las solicitudes.
Durante el primer trimestre del año lo solicitaron más de 1.000 autónomos y apenas unos 600 lograron que fueran aceptadas. Y lo peor de todo es que es una situación mejor que la anterior, donde se denegaban la mitad de las presentadas. Pero no es suficiente, especialmente ahora que es obligatorio cotizar de forma obligatoria por cese de actividad.
Además existía la palabra de la Ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, de dar instrucciones a la Seguridad Social para relajar las exigencias y no ser tan estrictos a la hora de valorar las peticiones del paro de los autónomos. Y al final, la realidad es que todos pagan para obtener un beneficio que al final solo unos pocos cobran.
Y el paro de los autónomos sigue siendo un chollo para las arcas de la Seguridad Social. Porque sigue recaudando mucho más de lo que luego tiene que pagar con el derecho a desempleo de los autónomos. La realidad es que es un tema en el que no se ha tenido el rigor necesario ni se han estudiado a fondo los motivos de las denegaciones.
El resultado es que no deja de ser una reforma que afecta a los autónomos con buenas intenciones y una mala ejecución, que se suma a una larga lista como el IVA de caja, las dietas o las deducciones de suministros de aquellos que trabajan en casa. Llueve sobre mojado y lo malo es que tiene pinta de acabar así el año y veremos cuanto más con la parálisis de un ejecutivo en funciones.
Imagen | Tumisu