La Seguridad Social sigue adelante con sus planes para hacer que los autónomos coticen según los ingresos obtenidos. Se acaba la libertad para elegir base de cotización, lo que perjudicará sobre todo a aquellos que tienen ingresos por encima de los 24.000 euros anuales, que parece la barrera fijada por el Gobierno para mantener el status quo. Pero ¿qué pasará con la tarifa plana si se aprueba la cotización por ingresos reales?
Por un lado ya vimos declaraciones que consideraban que no era efectiva para su propósito. Muchos eran los autónomos que se aprovechaban de esta alternativa durante los dos primeros años y muy pocos los que continuaban después de dicho periodo. Pero ahora con la crisis económica la situación ha cambiado y perder el incentivo de la tarifa plana puede suponer un lastre para incentivar las altas en el RETA.
Teniendo en cuenta que si entra la cotización por ingresos reales todo se ajustará un poco más, quizás si sería interesante una reforma de la tarifa plana, que siga vigente durante los seis primeros meses o el primer año y a partir de aquí cotizar por ingresos reales. Los autónomos a los que les vaya bien en su negocio no tendrán problemas en pagar un poco más.
Por el contrario aquellos cuyos negocios no han acabado de arrancar realmente pagarán el mínimo, que sería muy similar a la tarifa plana, por lo que en realidad saldrían ganando con este sistema. La cuestión es que la cotización no sea un lastre a la hora de poner en marcha el negocio, justo cuando menos ingresos se suelen tener. Una vez consolidado, la cosa ya es diferente.
Lo cierto es que veremos si como parece iniciamos ya el 2021 cotizando por ingresos reales y se consensúa con las asociaciones de autónomos los tramos. Para muchos que han sufrido un descenso en su facturación puede ser una buena noticia, ya que iniciarían el año pagando menos. Luego habrá que ver como se ajusta todo y si hay una liquidación de cotizaciones en función de si ha habido un exceso o una merma en las cotizaciones en función de los ingresos estimados y obtenidos.
Los más perjudicados serán los autónomos con ingresos superiores a 30.000 euros netos, muchos de ellos societarios que ahora pueden cotizar por la base mínima y tener más liquidez para dedicar al ahorro, a planes de pensiones privados o de inversión donde recuperar su dinero en momentos duros económicamente como los actuales.