Aprender a liderar, una asignatura pendiente en la empresa española

Aprender a liderar, una asignatura pendiente en la empresa española
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Ser un jefe no es lo mismo que ser un líder. Son dos capacidades totalmente distintas. La primera implica tener capacidad de mando, de dar órdenes o tomar decisiones. La segunda, lograr que la gente nos siga, de inspirarlos y hacer que cada uno de lo mejor de sí mismos. Pero aprender a liderar es una asignatura pendiente en la empresa española.

Pero ser líder no significa mandar. Podemos tener a un líder dentro de un equipo de trabajo que nos ayude a la transformación de nuestro negocio. Se trata de un empleado que con su influencia sobre los demás les ayudará a sentirse más seguros ante un cambio de tecnología, a resolver algunas dudas, etc.

Porque muchas de las cualidades de un líder se aprenden, se trabajan y se mejoran. Otras son innatas. No todo el mundo aunque trabaje igual el liderazgo será percibido igual. El líder tiene algo de encantador de serpientes, que es complicado de aprender. Y también con el carisma, algo bastante subjetivo.

Pero hay otras cuestiones que se pueden trabajar. Empezando porque el líder de ejemplo a los demás. Se trata de ser honesto, pero también de ser buena persona y ser justo. No se puede ser un líder teniendo favoritismos entre unos empleados y otros.

También hay que tener empatía, poco se puede solucionar poco podrá inspirar un líder si no sabe ponerse en el lugar de los demás. Poco puede inspirar si es incapaz de estar en la piel de un empleado, un compañero o cualquier otro miembro de la empresa.

Por último tiene que ser humilde. Y esto tiene que ver con la capacidad de aceptar que se ha equivocado, de rectificar, de dar marcha atrás de escuchar a su equipo o de en lugar de mirar solo en su propio beneficio mirar por el bien del grupo.

Y todo esto es necesario trabajarlo. No se es un líder de la noche a la mañana. O incluso aunque lo hayamos trabajado no logramos que la gente nos perciba como un líder, no tenemos esa capacidad de convocatoria. Pero si no mejoramos estas cualidades seguramente solo seremos una persona que puede mandar, ni siquiera un jefe.

Imagen | FelixMittermeier

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