Al igual que la llegada de las olas de calor en verano, la noticia de los autónomos que se quedan sin vacaciones es ya un clásico de estas fechas. Y sin embargo este año tiene una especial relevancia, ya que cambia el tipo de autónomos que sufren este problema. Porque una cosa es que los autónomos no se cojan un mes o quince días de vacaciones, pero todo el que se lo puede permitir procura al menos tomarse una semana en verano.
Y este es el precisamente el problema de este año, que muchos autónomos no pueden permitirse tomar vacaciones. El cierre de sus negocios, la caída de la facturación posterior, el aumento de los gastos y la incertidumbre del otoño hacen que muchos no piensen en descansar al menos unos días.
Lo cierto es que aunque sea una pequeña desconexión es muy importante. Después de todo lo que hemos pasado y con lo que nos queda por pasar vamos a necesitar recuperar fuerzas, estar muy bien de ánimo para aguantar con paciencia el resto de año y enfocar 2021 con fuerzas renovadas.
Porque la realidad es que no solo aumenta el número de autónomos que no se pueden ir de vacaciones, sino que también se acortan los días que pueden hacerlo los privilegiados que tienen la posibilidad de descansar. La mayoría de ellos buscando un turismo nacional, segundas residencias o aprovechando para visitar a parientes en sus pueblos de origen.
A esta incertidumbre hay que añadir las precauciones que deberán tomar. Para un autónomo contagiarse de coronavirus supone tener cerrado su negocio durante 15 días y esto es un grave problema. ¿Puede permitirse un taxista parar por no mantener las medidas de seguridad adecuada durante sus vacaciones? Muchos de ellos aunque paren no saldrán de casa.
El autónomo tiene que ahorrar durante todo el año para poder descansar unos días. Y este año este ahorro no se logrado para muchos de ellos. La parte positiva es que este año serán pocos los que sufran estrés por el síndrome posvacacional, pero si no logramos desconectar el nivel de estrés será alto durante lo que queda de año.