Una de las tareas que mayor incidencia tiene en el 'buen ambiente' entre los miembros del equipo, es la aprobación del cuadro de vacaciones por parte del jefe. El cuadro de vacaciones, es el resultado de la integración de las pretensiones vacacionales de cada uno de los miembros del equipo, una labor que compete al empresario, porque es este el que desea cubrir sus ciclos de producción gestionando este derecho de sus empleados.
En contadas ocasiones los empleados se ponen de acuerdo a la primera, obligado al gestor a lograr un consenso entre sus pretensiones, y ahí la labor. Cuando todos nuestros empleados nos han enviado sus preferencias, y existen conflictos como un puente que varios desean, o una quincena determinada, tenemos que elegir a quién asignárselo y a quién no.
Muchas empresas siguen la técnica de dar prioridad a los empleados más antiguos o a los que tienen hijos, pero aunque es una buena opción para limitar problemas al clarificar las reglas, no me parece la más equitativa, puesto que no todos los empleados tienen hijos, y no debemos discriminar a la plantilla en función de su antigüedad.
En mi opinión el diseño óptimo de un cuadro de vacaciones se alcanza con altas dotes de justicia y equidad, creando un histórico de las vacaciones disfrutadas por parte de cada uno de los miembros del equipo, de tal manera que si en un año determinado un empleado se ha llevado el gato al agua, al año siguiente se de prioridad a otro compañero menos agraciado en el año anterior. Adicionalmente, hay que dejar claro que en épocas en las que existan picos de trabajo no se pueden disfrutar de vacaciones, debiendo ser inflexibles en este sentido, si queremos aislar cualquier posibilidad de generar tensiones.
En Pymes y Autónomos | ¿Están tus empleados de vacaciones? No les molestes Imagen | N00