Se acabó. Hay que volver a esperar un año para volver a tener vacaciones. Y toca ponerse las pilas y empezar de nuevo a trabajar. Y esto para muchos supone un gran desánimo. Pero lo cierto es que se puede sobrellevar el primer día de vuelta al trabajo sin deprimirse, o al menos no mucho.
Empezando por fijar una agenda para los próximos días donde tengamos en mente proyectos y tareas que nos ilusionan. No hay nada más deprimente que llegar el primer día y dedicarse a ordenar de correo y los mensajes que durante la ausencia de vacaciones han saturado la bandeja de entrada. Hay que hacerlo, sí, pero no es una prioridad.
En muchas empresas todavía tienen unos cuantos días más de jornada de verano, por lo que puedes disfrutar de las tardes libres. En lugar de descansar y echarse la siesta, que también, lo ideal es programarse para hacer algo de deporte. Esto nos ayudará a activarnos y desintoxicarnos de los excesos del verano.
Es fundamental además de preparar la agenda, adaptarnos a los horarios. Esta quizás es la cuestión más complicada. Volver a fijar una hora para levantarnos y llegar al trabajo. Mejor madrugar un poco más para evitar atascos, no hay nada más desesperante que estar parado en un embotellamiento de tráfico el primer día de vuelta al trabajo.
Por último tenemos que tomarnos el trabajo como lo que realmente es. Trabajamos para poder financiar otras cosas en nuestra vida, entre ellas las vacaciones que hemos disfrutado. No podemos hacer de nuestro empleo el centro de nuestra vida, porque si no será eso lo que perderemos, ya que acabaremos pasando muchas más horas de las necesarias en la empresa.
Y esto es un elemento motivador muy importante. Pensar que si este año se nos da bien, el verano que viene nos vamos de vacaciones a... Planificar o empezar a soñar con lo que haremos el próximo año ayuda a sobrellevar la vuelta al trabajo.
En Pymes y Autónomos | El síndrome postvacacional, ¿mito o realidad?