Las empresas, especialmente las más pequeñas, son organizaciones con un elevado grado de trasparencia en las que se aprecian muchos detalles profesionales y personales, de tal modo que el comportamiento de los responsables es el espejo en el que se miran sus empleados, en consecuencia, al igual que en una familia, los padres (propietarios) son el modelo a seguir para los hijos (colaboradores).
Por tanto, para 'educar' a nuestros empleados debemos empezar por nosotros mismos, mirando si nuestras acciones, detalles, y en resumidas cuentas, nuestro comportamiento, es el mejor legado para los que se fijan en nosotros cada día.
La mayoría de ustedes conocerán algún caso, sin la necesidad de buscar en las grandes empresas dónde las relaciones personales resultan un tanto 'más frías', en el que un determinado propietario y/o responsable exige unas formas concretas cuando ni por asomo proporciona un buen ejemplo de cómo se deben hacer las cosas.
Estoy de acuerdo con que a un subordinado se le contrata para trabajar en la línea de acción que le marca su responsable, pero dentro de esto, no podemos olvidarnos de que la relación laboral es un proceso de largo plazo, en el que ambos tenemos mucho más que ganar de lo que perder, siendo la mejor estrategia ser un buen ejemplo y educar en una buena gestión y en el compromiso, dejando a un lado lo demás que siempre se cruza en algún momento en nuestro camino.
En Pymes y Autónomos | Mi familia trabaja en mi empresa
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