La esquizofrenia organizacional

La esquizofrenia organizacional
4 comentarios

¿Puede una empresa sufrir esquizofrenia? Las diferencias que se producen entre lo que se dice y lo que se hace en muchas organizaciones podrían ser señales favorables a esta tesis de Javier Fernández Aguado, conocido autor de managment entre otras cosas por el libro “Patologías Organizativas”.

La pérdida de contacto con la realidad que conllevan las divergencias del pensamiento directivo respecto a la realidad empresarial puede ser grave en sus resultados como podría serlo una psicosis en cualquiera de nosotros.

Delirios perceptivos, pensamiento desordenado, alteraciones emocionales…vamos a analizar algunas causas, síntomas y posibles soluciones para analizar si nuestra organización puede estar enferma.

Causas y síntomas

Alguno de los siguientes síntomas son visibles en un mayor número de organizaciones de lo que sería deseable pero son evidentes deficiencias que pueden tener resultados desastrosos en la motivación y rendimiento del personal. Algunas pueden recordarnos al “pantano de la mediocridad” del que hablamos el mes pasado.

  • Se dan charlas grupales e individuales sobre la confianza que tiene la dirección en su personal pero a la vez aumentan los controles.
  • Se pide iniciativa a los trabajadores pero cualquier error derivado se castiga firmemente sin atender a las circunstancias.
  • Se realizan reuniones en busca de soluciones consensuadas pero finalmente se imponen las decisiones individual de la dirección.
  • Se dice que lo más importante de la empresa son sus trabajadores pero se carece de políticas de recursos humanos a la altura.
  • Se pide un esfuerzo colectivo en pro de la empresa sin dar compensaciones, recompensas ni reconocimientos.

Vemos que la diferencia entre el discurso y el acto es evidente lo cual produce un entorno confuso en el que el desarrollo profesional resulta frustrante para todos. No es difícil señalar al “culpable” de la enfermedad pero aunque los trabajadores lo sepan desde un principio no se enfrentan a él por cuestiones bastante lógicas dadas las circunstancias: la dirección.

Si el responsable de la dirección empresarial no sabe resolver conflictos, no tiene claro el modelo de gestión a aplicar, tiene una personalidad insegura, no se ha adaptado correctamente a los cambios, es incapaz de plantear una organización eficiente… podríamos señalarle como la causa de una serie de problemas que derivará en problemas de rendimiento organizacional.

No sería difícil que como consecuencia se perdiera el contacto con la realidad empresarial pensando que lo que se dice es lo que se hace realmente, lo cual podría ser definido con un grave problema que todos asumen menos él mismo.

Otra causa podría venir dada por una descoordinación entre los directivos o encargados de área que no den un mensaje coherente y persistente sino que se muevan en un flujo de información confuso (comunicación interna) con la dirección en cuyo caso la causa podría ser una estructura informativa no adaptada a las necesidades reales de la empresa. En cualquier caso el responsable sigue proviniendo de la gerencia empresarial.

¿Soluciones?

Las soluciones son imposibles si el causante no es consciente de lo que está pasando y no tiene la voluntad de cambiarlo... claro que si fuera consciente probablemente no habría llegado a ser un problema ¿no?. Esta paradoja suele solucionarse con la participación de un agente externo que procura analizar la situación con objetividad. Algunos pensarán en un “coatcher” pero también puede ser cualquier compañero, adjunto a dirección o los propios trabajadores mediante comunicación interna.

Una vez reconocido deberíamos aplicarnos “los 10 mandamientos de una buena organización” y comenzar a crear protocolos de actuación, contratar a profesionales para ocuparse de las áreas deficitarias, mejorar las políticas de RRHH, etc…

Como siempre, aceptar la realidad puede no ser fácil pero es el primer paso de la recuperación de una persona y de una organización. En ocasiones incluso se confunden ambos extremos.

Pymes y autónomos | “El pantano de la mediocridad”, “Los 10 mandamientos de una buena organización”
Imagen | Viajar24h.com

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Comentarios cerrados
    • Sin duda, Gonzalo. Aunque también hay que decir que no hay más sordo que el que no quiere oír. Está claro que una buen previsión pasa por mantener una buena comunicación interna y recibir el feedback de los trabajadores, algo de lo que muchos no se preocupan tanto como deberían.

      Un saludo

    • Si existe una diferencia, por parte de los directivos, entre lo que realmente pasa y lo que se percibe que pasa, el problema está en el flujo de comunicación vertical. Si existe este "feedback" que sube del núcleo de operaciones al ápice estratégico y se valora, no debería existir esa dualidad entre lo que se hace y lo que se cree que se hace: nos daríamos en cuenta en el momento en el que analizáramos la información que nos aportan nuestros trabajadores.

    • Efectivamente, la organización padece esquizofrenia, con la particularidad de que es contagiosa. En efecto, hace vivir al personal dentro de una paradoja permanente (como los ejemplos que citas), lo cual - lo dirá cualquier psiquiatra - tiene consecuencias graves para las personas que reciben estos mensajes paradójicos.

      En mi trabajo de consultor, he tenido bastante oportunidades de trabajar con los directivos. Uno de los temas son los valores. A través de diversas preguntas, cada uno se sitúa dentro de una rosa de los vientos formada por dos ejes: evolución <-> reducción de las personas cruzado con enfoque al Ser <-> enfoque al no Ser.

      No vale la pena aquí entrar en más detalles, pero casi todos los directivos se sitúan (a través de cumplimentar los cuestionarios) a la vez como Ser y Evolución (polo Humanista).

      Luego analizamos las reglas y el funcionamiento de la organización, y deben situarla en la rosa de los vientos. Prácticamente siempre la terminan situando en el polo No-Ser y Reducción.

      Eso es: los directivos se consideran a sí mismos como Humanistas pero dirigen una organización Mecanicista.

      ¿No es esto otro ejemplo de comportamiento esquizofrénico? Sobre todo que nadie a priori es consciente de esta disonancia cognitiva entre el Yo y lo que hace el Yo.

      Michel Henric-Coll

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    • Avatar de michel.henriccoll Respondiendo a michel.henriccoll

      Muchas gracias por compartir tu experiencia, Michel.

      La rosa de los vientos que comentas hace que recuerde los ejes expuestos en una teoría sobre el liderazgo de Williams J. Reddin (mejorando lo iniciado por Robert Blake y Jane S. Mouton en la teoría de red administrativa). Eso sí, él utilizaba como valores el "interés por las Personas y sus Relaciones Laborales” y el "interés por la tarea".

      Aunque fuera expuesta inicialmente para determinal el perfil de liderazgo estoy seguro de que si se complementara con un estudio organizacional también podrían encontrarse datos divergentes que pueden ser perjudiciales para el rendimiento.

      De hecho el autor comentado ha hablado de enfermedades organizacionales en alguna ocasión.

      Saludos, un placer leerte.

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