Tanto para poder evaluar el desempeño de la empresa, así como para lograr unos buenos resultados dentro del marco de previsión y estabilidad que una empresa u organización necesita, la fijación de objetivos se convierte en una herramienta fundamental. Porque sin ellos no se concentrarían los esfuerzos, ni se remaría en la misma dirección, lo que arrojaría a priori unos peores resultados en su ausencia.
Dicho lo anterior, hay que tener en cuenta que no todas las empresas son iguales, ni el mercado en el que nos encontramos, ni siquiera el tamaño de estas, lo que requiere un estudio concienzudo para determinar cuál es el mejor marco de fijación de objetivos. Por lo general, los objetivos a corto plazo suelen ser más efectivos, pero, ¿por qué?
Piensen por un momento que se están preparando una maratón, con sus 42 kilómetros. Si nuestra estrategia es hacer un buen tiempo, a ninguno de nosotros se nos ocurriría correr a lo ‘loco’ y sin marcan un ritmo. Por lo que sería mucho más eficiente fijarnos objetivos de tiempo por tramos de recorrido.
Pues bien, esto es lo que sucede en el mundo empresarial, porque todas las empresas tienen una meta, que a veces puede resultar muy grande y por tanto hay que trocearla para poderla digerir mejor. Ello requiere un ejercicio de conocimiento de la compañía, para determinar cuáles son las mejores ‘porciones’ que nos catapulten hacia el mejor resultado, teniendo en cuenta que todas las empresas no tienen la misma vara de medir.
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En Ahorro Diario | Los tres aspectos fundamentales para la correcta dirección empresarial: la fijación de objetivos