Muchos negocios pequeños caen en picado por la falta de liderazgo. A veces sorprende que una empresa no funcione cuando el producto o servicio que ofrece es atractivo. ¿Qué ocurre? Trabajar en equipo no siempre es un proceso natural y sencillo. Los compañeros de trabajo no son amigos, no existe complicidad y mucho menos navegan en la misma dirección. Evidentemente tienen su parte de responsabilidad pero si la persona responsable de la organización no cumple con su papel de líder, resulta difícil que un equipo funcione.
Ser líder es un trabajo duro. He conocido a personas preparadas, que conocían el oficio como la palma de su mano pero que huían en cuanto se les proponía ascender. Para ellos, mandar es sinónimo de perder la buena relación con los compañeros. En realidad, un buen jefe será capaz de conjugar firmeza, disciplina y todo ello en un buen ambiente sin que los empleados sientan que se les trata mal al recibir un comentario o sugerencia. ¿Complicado? Sí. ¿Imposible? No.
Uno de los argumentos que expresan muchos nuevos empresarios es el de "no querer parecerse a ninguno de los jefes que tuvieron". Normalmente destacan que con ellos eran un tanto tiranos, siempre estaban de mal humor y concebían mandar con alzar la voz y faltar el respeto. Afortunadamente, estos nuevos gerentes huyen de los defectos que tuvieron que soportar y suelen convertirse en líderes comprensivos sin dejar de perder autoridad.
Sé que no resulta popular ni invita a la simpatía hablar bien de un jefe, pero si una persona no se encargar de dirigir a un grupo, tarde o temprano el caos llegaría. Un líder no está para impartir órdenes a diestro y siniestro. Su cometido es el de formar, dejar claras las normas, ser el primero en cumplirlas, ser un ejemplo, y sobre todo practicar la escucha. No obstante, algunos no sirven para liderar y todos conocemos ejemplos.
Encontrar el equilibrio entre mandar, gestionar un negocio y que la comunicación fluya con los trabajadores es un reto que no muchos pueden asumir. Unos se siente desbordados ante la responsabilidad, otros son incapaces de llamar la atención a ese empleado que no cumple con sus obligaciones por temor a herir sus sentimientos, y algunos simplemente confunden el dirigir un equipo con la tiranía.
Por estas razones, es importante recordar que el liderazgo implica poseer unas habilidades y características. Algunas personas las poseen de manera natural y otras deben aprenderlas, aunque no todas lo logran. Y por desgracia hay quienes no quieren aprender nada.
Ser un líder requiere humildad, tener una visión de futuro, ser capaz de organizar un equipo grande o pequeño y tomar decisiones escuchando siempre que sea posible todas las opiniones. Insisto, no es una labor fácil si se quiere hacer bien.
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