Conocemos a personas que tienen un curriculum de infarto. Varias titulaciones y un talento para desarrollar su trabajo envidiables. Pero por algún motivo, son invisibles. ¿Qué falla? Una mejor preparación, imposible.
Las reuniones de networking no son para ellos, o bien por timidez o bien por otras circunstancias. Y sin saber qué pasos dar, observan cómo compañeros de estudios, personas con menos formación triunfan.
No una, sino decenas de veces, Luis ha escuchado que resulta extraño que alguien con esa preparación no ocupe un mejor puesto. O que haya tenido periodos tan largos como desempleado.
Lo que esas personas no saben es que Luis no tiene contactos. Y el talento por mucho que brille, si está escondido no sirve para nada, como las matrículas de honor en los exámenes.
Los contactos son los que hacen visibles esas ofertas de empleo que no aparecen en ninguna bolsa de trabajo. Los contactos conocen a personas que necesitan a alguien como Luis, pero él no lo sabe porque su círculo de amistades se reduce a diez personas.
Luis necesita brillar
Mientras tanto, observa atónito cómo otro conocido más acaba de encontrar no sólo un buen puesto sino que además no cumple, en principio, los requisitos. ¿O sí? Quizás Luis necesite un pequeño empujón y darse a conocer, o bien por la red o bien de manera presencial.
Contactar con los responsables de recursos humanos de empresas que nos interesen es un primer paso. Por Linkedin, es sencillo. ¿Y ponernos en contacto con profesionales de nuestro sector? También.
¿Y en Facebook? Asociamos esa red a amistad, ocio, un lugar para ser distendidos. Si logramos que una persona del paso anterior forme parte de nuestras amistades, el ambiente se relajará y quizás la confianza aflore más rápido.
Seamos selectivos. ¿Vamos a intentar quedar con todos los contactos que nos parezcan interesantes? No. Lo haremos con aquellos con los que haya más probabilidad de coincidir en cuanto a intereses profesionales. Y para ello, si hay algo que debemos tener clara es nuestra marca personal.
Ese mercado laboral oculto existe. No es ficción. Luis deberá dar una patada a sus inseguridades y apostar por la confianza, una mejora de su autoestima y una estrategia sencilla que le lleve a mostrar su valía a las personas adecuadas. La queja o la autocompasión no ayudarán ni al mejor expediente del planeta.
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Imagen|Isabel Iborra