De un tiempo a esta parte, proliferan los cursos, seminarios, Másters, formaciones para emprender en el ámbito de la gestión de redes, hace años la manera sencilla de establecerte por tu cuenta era en la hostelería, o hablando en plata: “montar un bar”. Con una inversión adecuada, mucho esfuerzo y dedicación podrías autoemplearte y obtener unos ingresos.
Ahora parece que el nuevo El Dorado es la gestión de redes sociales o el Community Management, el último yacimiento de empleo que asumirá gran parte del desempleo de este país ya que parece que, con una inversión reducida, y el principal argumento de trabajar desde casa en tus tiempos muertos puedes gestionar una comunidad y la verdad que estas razones me parecen peligrosas y lejanas a la realidad, los motivos:
Gestionar una comunidad es algo más que emitir constantemente nuestras excelencias y si nunca has vendido, es complicado que sepas utilizar un argumentario convincente que atrape y enganche a tu público. Al final nuestra comunicación acaba siendo 1.0, puro broadcast plano, sin modular y en un código antiguo que genera desconfianza y rechazo.
Conocimiento, al margen de manejar con soltura los rudimentos más operativos de las redes estamos hablando de comunicación y aquí no todo el mundo sirve, tenemos que sintonizar en la misma frecuencia de onda que nuestros públicos, no ser monocordes y planos con nuestros mensajes, sino aportar el calor de la comunicación y me temo que para eso no sirve todo el mundo.
Antes de nada…necesitas tener clientes, por tanto vender, por mucha formación que tengas necesitas demostrar a tus clientes que eres capaz de gestionar su comunicación 2.0 y para eso necesitarás invertir en la tuya, para que sirva de portfolio que te de visibilidad y cierta notoriedad, empiezas a gestionar una marca, tu marca y por tanto sin un conocimiento claro de qué pretendes ofrecer, empiezas la casa por el tejado de nuevo.
Impacto económico, un bar tiene mayor impacto económico real, desde la inversión necesaria para su puesta en marcha como el consumo recurrente que se produce de suministros, mientras que aquí su aporte al valor añadido es más bien escaso, quizá sirva para mostrar una bonita cifra de empleo, pero al final es tan o más importante ver cuánto aporta ese empleo, no tanto de calidad, sino como engrana económicamente con el resto de actores.
Por último mayor concurrencia hace un mercado lleno de oferentes, un mercado saturado que minorará el precio, menores márgenes, y por tanto indiferenciado, así que con poco recorrido, otra nueva burbuja fomentada por nuestra bien ganada cultura del pelotazo
Supongo que no descubro nada con esta entrada pero son muchas las iniciativas que ahora veo que refuerzan la opinión sobre que de nuevo estamos creando una tabla de salvación ficticia que atrae a los buscadores de ingresos rápidos y esfuerzo bajo. Sería interesante saber
quién está haciendo negocio con esta realidad, en su momento fueron los propietarios de locales…ahora?
Imagen | Spencer E Holtaway
