Hace unos pocos días mientras revisaba los últimos acontecimientos en mi Facebook me sorprendió una de las cosas que había publicadas por la compañía de telecomunicaciones Vodafone. Esta en una de sus entradas decía “¿Es Facebook un reflejo de la vida real?”, y continuaba, “¿O empieza a ser al revés, lo que pasa en el mundo real procede de Facebook?, yo terminaré esta introducción igual que lo finalizaban ellos: “es posible que empecemos a confundir ambas realidades...”.
Esta introducción me sirve para exponer dos cosas, primero mi disconformidad con la utilización que hacemos muy comúnmente del termino “mundo real”, cuando a mi entender todo es real. Es decir será telemático, a distancia o virtual, pero ello no hace que sea irreal, pues irreal es cuando algo no existe, y por muy virtual que sea una cosa, existir existe. Y segundo, y que en realidad es lo que afecta a este artículo en particular, en como bien las herramientas actuales de la comunicación con nuestros clientes y con el entorno, ya no tan solo nos permiten comunicarnos con él, nos permiten incidir en él.
Siempre la publicidad como una de las herramientas del marketing ha tenido la intención de influir en la percepción del consumidor o del público al que se dirigiese con el fin de convencerle, invitarle, animarle a consumir sus productos o servicios, o bien a venderle una imagen agradable y simpática de la enseña. Pero nunca como en la actualidad, la publicidad y el marketing en general han tenido la oportunidad de influir en la creación de una determinada imagen como lo hacen actualmente.
Y no hemos de engañarnos, siempre también ha existido la capacidad de influir tanto positivamente como negativamente en la imagen de un determinado producto, pudiendo incluso crear un imaginario colectivo donde antes de conocer personalmente o probar, ya estemos predispuestos mentalmente a favor o en contra de esa enseña.
Lo dicho anteriormente es y será así por los años de los años, la gran novedad es que en la actualidad, contamos con muchos más recursos, no tanto para influir, más bien para avanzarnos a la creación del imaginario, a crear, vender y por tanto hacer real nuestro imaginario, ¿verdad o mentira?, según quien lo diga, pero en realidad lo único que importa, es que nosotros logremos generar y crear el estado de opinión que nos interese.
En Pymes y autónomos | Asesor de imagen para empresas y empresarios Imagen | fdecomite