Un estudio publicado por Atradius, empresa vinculada a Crédito y Caución, pone de manifiesto que las empresas españolas siguen manteniendo unos plazos de retraso importantes a la hora de abonar sus facturas.
El estudio en cuestión cifra en 67 días el plazo medio de pago para el verano del 2009, aumentando desde 60 días comparando con el verano anterior pero disminuyendo de los 75 días de retraso medio que se calculó en el invierno. Como vemos, es llamativo que aparezca el verano como un periodo de pago más ágil que el invierno, desmontando la tesis de que en agosto no se pagan facturas. Esta misma demora congénita lleva al 71% de las empresas encuestadas a calificar como "pobre" el comportamiento de pago del tejido empresarial. Es una realidad propia el uso del mecanismo de financiación vía proveedor y erradicar esa fuente en este momento es mucho más complicado de lo que puede parecer a priori.
La empresa tiene una tendencia propia al mantenimiento del cliente aunque lo toree una y mil veces para pagar la factura, sin calcular siquiera si el coste financiero de ese propio cliente le es favorable o no. Las empresas tienen que comenzar a calcular el ROI por cliente, suponiendo los costes de financiación explícita y sin ellos.
Si un cliente deja de ser rentable por sus propias demoras en el pago, ese cliente hay que dejarlo escapar o ponernos serios con él. No se pueden mantener en cartera situaciones que merman sustancialmente la cuenta de resultados sustentados sólo con la historia de vender. Vender por supuesto, pero ¿a qué precio financiero?
Vía | Atradius - Estudio primer semestre (PDF) En Pymes y Autónomos | Me paga, no me paga, me paga... Imagen | liewcf