Acabamos de pasar la festividad de Todos los Santos. O, tal y como la conocen los más pequeños hoy por hoy, Halloween. Las connotaciones de esta noche como la noche por excelencia del terror son innegables. De hecho la programación televisiva así lo mostró, con numerosas películas del género. Claro que, dentro de las mismas, hay un subgénero que es punto y aparte y que siempre ha estado ahí, a diferencia de otros que van y vienen. Me refiero al de las casa encantadas. Y pensando, pensando, me he acordado de El Resplandor, de los pasillos de ese viejo hotel por el que deambulaba Nicholson. ¿A dónde quiero ir a parar con este guiño cinéfilo? Fácil, a lanzaros una pregunta: ¿existen los locales malditos?
¿De qué estoy hablando? Me refiero a locales en los que, cuando veo como se inicia un negocio, me pregunto cuánto tiempo tardarán en cerrarlo. De locales en los que has visto pasar negocios fugaces a lo largo de los años. De locales en los que, si conoces al ilusionado emprendedor que se hace cargo de ellos, se te hace un nudo en el estomago al tener que callarte y no soltarle tus temores. Pero, ¿es una maldición o son otros factores los que explican la existencia de estos agujeros negros empresariales?
No creo en las maldiciones. En la inmensa mayoría de los casos basta rascar un poco para darse cuenta de que se explican facilmente por otros factores, aunque quizás algunos pasen desapercibidos para el público en general: rentas imposibles de levantar, tráfico inadecuado de clientes en cantidad o calidad, sectores o modelos de negocio claramente en crisis en determinadas poblaciones, especialmente en determinadas zonas (un clásico en hostelería), pago de traspasos que condicionan la financiación futura, comunidades de vecinos que te ponen mil limitaciones, plantillas que se transmiten con los negocios que son un lastre, etc…
Y sin embargo, uno acaba conociendo negocios, locales, donde no acaba de encontrar la explicación. Seguro que haberla hayla, pero se resiste a aparecer, a explicar la causa de que modelos de negocio muy distintos, emprendedores con capacidad, músculo financiero, con un proyecto a priori interesante, se la pegan uno tras otros. ¿ Conocéis también vosotros locales malditos?
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