Hijos de puta, todos a trabajar que son asuntos serios

23 comentarios

Pienso, y son asuntos serios,
lo poquito que nos queda si perdemos el respeto.
Siento, y a veces me averguenzo,
por todos los que les falta, los que no lo conocieron.
Miento, si digo ahí soy perfecto,
son abruptos los senderos que conducen a mis adentros.
IC ya nos avanzó la sentencia del TSJC que considera que llamar hijo de puta a alguien (jefe en este caso) no es motivo de falta dado que su Señoría dicta que esa expresión, hijo de puta, está dentro de los usos admitidos del nuevo lenguaje, por lo que absuelve al trabajador.

No lo voy a discutir, cuando es una expresión que todos hemos dicho alguna vez, en los más variopintos entornos y contextos y no hay día que no la oigamos en boca de unas y otras personas. Miento, si digo que ahí perfecto, pero creo que hablamos de asuntos serios.

La pérdida de respeto en las relaciones sociales, laborales y personales sigue latente, por más que un juez lo diga. Podemos debatir si es excesivo o no despedir por este motivo, por supuesto, pero admitir un un uso coloquial de dicha expresión. eliminado la componente de insulto me parece un grave error y una tomadura de pelo.

El respeto entre las personas tiene que ser el pilar de cualquier relación, dentro de unas normas cívicas que llevan mucho tiempo preestablecidas. Claro está, salvo que ahora sea progre e innovador faltarse el respeto en el trabajo o la vida cotidiana, de manera independiente de la relación jeráquica o de poder que se establezca en estas relaciones.

Es curioso como en esta sociedad campamos casi a la deriva cruzando solo un par de titulares. Nos planteamos por un lado instaurar la figura de autoridad del profesorado cuando por otro lado sentenciamos que insultar es coloquial. Una aplicación muy mercantil de los usos y costumbres del lenguaje desde luego.

A mí sólo me gustaría hacer un experimento jurídico si mi empresa estuviera bajo la jurisdicción de este juez. Mañana, al llegar a la oficina, me dirigiría todos mis compañeros con la trase que titula el post: “Hijos de puta, todos a trabajar que son asuntos serios”. Quizá este mismo juez pierda la coloquialidad de la expresión y dé marcha atrás, quién sabe.

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Comentarios cerrados
    • interesante

      @ Manaba

      por lo mismo que digo más arriba, porque el jefe ante el juez tiene 99% de posibilidades de perder, aunque tenga razón, todos lo sabemos.

      No estoy diciendo que los empresarios tengan que aguantarlo todo, en absoluto, pero actuar precipitadamente y de manera poco estudiada, puede llevarle a perder ante la denuncia del trabajador, cuando a pesar de todo tiene razón, no sé si me explico... ;-)

      de todos modos, como jefe, la forma de actuar ante un cliente o un trabajador son muy diferentes.

      Y tal como dices, las formas y el respeto, repito que no se deberían perder nunca en ningún ámbito.

      Saludos

    • interesante

      Unknet, estoy parcialmente de acuerdo contigo. Ese mismo jefe, como acusado, al escuchar la sentencia de boca del juez, podría haberle dicho: -"tienes razón, hijo de puta". Rigiéndose por el criterio que el propio Magistrado acababa de dictaminar. Y digo parcialmente, puesto que todo lo que dices es cierto, pero como empleados también tenemos la capacidad de elegir a nuestro jefe y decirle: "ahí te quedas". De la misma manera que cuando trabajaba por cuenta ajena no soportaba algunos comportamientos de superiores y no seguía en esa empresa, ahora no soporto el comportamiento de alguinos clientes o proveedores y no trabajo con ellos. Me parece que si todos les diésemos de lado, cambiarían su actitud y nadie tendría que insultarle en el futuro, ya que se daría cuenta de que nadie quiere hablar con él. Remo tiene toda la razón cuando afirma que se está perdiendo el respeto.

    • interesante

      Unknet, tú tampoco conoces el contexto de la situación. Desconoces si tienen relación desde hace mucho tiempo, si salen juntos de copas o si sólo lleva 2 meses trabajando allí. ¿Piensas que si el acusado casualmente fuera amigo del juez ya sí podría llamarle "hijo de puta" coloquialmente, como podríamos hacerlo cualquiera con un amigo en la barra de un bar?

      No estoy de acuerdo con esas formas en ninguna situación y creo que siempre están fuera de lugar, siempre.

      Por otro lado Mare, ¿porqué el jefe tiene que actuar con cabeza fría ante esa situación y el empleado no? Como bien dices ¿Y si hubiera sido al revés? ¿Un Juez hubiera dado la razón al jefe que le hubiera dicho lo mismo a su empleado en una discusión acalorada?

      Sigo pensando que las buenas maneras no deben perderse bajo ningún concepto y nunca llegaríamos a puntos como ese. Yo, desde luego, lo tengo claro. Una persona que me pueda decir eso en una discusión, evidentemente se lo puede decir igual a clientes, proveedores o compañeros (tanto superiores como subordinados). Yo también lo quitaría de enmedio de una manera u otra.

      Casi ningún juez sabe la jungla que es una relación comercial y la pequeña diferencia que hay entre cerrar o no una operación, y con una persona así hay más probabilidades de que no se cierren operaciones. Y pienso que no está el horno para bollos.

    • interesante

      Muy bien Ollikahn, sin perder las formas y haciendo valer tus derechos. Lo que confirma que se puede aguantar el chaparrón y actual con calma. Suerte en tu nueva etapa. Saludos.

    • interesante

      Lo de no faltarse al respeto está bien como norma general a seguir, pero también hay que admitir que somos humanos y en una discusión acalorada a todos se nos puede ir la boca (y sin que haga falta decir palabras mal sonantes) en un momento determinado, tanto a jefes como a empleados sin distinción. Debido a esto, no es de justicia que un superior pueda utilizar su estatus para acabar la discusión y quedar "por encima" de su empleado, provocandole perjuicios por la pérdida del empleo y la correspondiente mancha en la historia laboral. Por esta razón y ante esa indefensión debe surgir un apoyo legal que equilibre esa situación, que en este caso suele corresponder a la declaración del despido como improcedente, con todo lo que ello lleva asociado.

      Otra situación muy distinta son las faltas de respeto reiteradas o no motivadas por una situación de estrés provocada por el entorno laboral, estas si que son motivo de sanción.

      De todas formas la culpa de todo esto la tiene la sociedad y la "mala educación" que reciben los jefes, que en la mayoría de los casos piensan que están donde están para poder mandar y ver como sus empleados agachan las orejas. El jefe con "buena educación" es el que sabe que está donde está para servir a sus empleados, resolver sus problemas, organizar el trabajo, y hacer del entorno laboral un lugar lo mas cómodo, seguro y productivo posible dentro de sus posibilidades, ya que le guste o no, son los empleados los que sacan el trabajo adelante. Cuando esta buena educación sea la norma general, se quedarán obsoletos muchos de los artículos del derecho laboral.

    • interesante

      Para algunos esto será conocido...

      http://www.youtube.com/watch?v=MXolkYmTzsQ

    • Para mí está claro: el insulto NO es causa suficiente para el despido. Otra cosa es que el trabajador haya cometido una falta grave y el empresario tome medidas al respecto.

      Otra cosa es que el tema se esté desvirtuando de tal manera por los medios, que nos hacen llegar a pensar que aquí todo el mundo tiene el derecho de llamar "hijo de puta" a quien le parezca.

      Porque si tal como pone la sentencia esa expresión no revise gravedad y asumimos que forma parte de nuestra manera habitual de hablar cuando nos cabreamos, el empresario bajo un ataque de ira podría habérselo llamado al juez al conocer la sentencia ¿no? (toque irónico).

      Pero bueno, sí, estamos perdiendo el respeto y las formas en todos los ámbitos.

      Sólo me planteo una duda: ¿y si hbiese sido al revés y el trabajador acusa al empresario por mobbing? ¿el juez hubiese dictado sentencia en el mismo sentido?

    • No comparto que se despida a una persona por un insulto. Creo que puede existir una abuso de poder y eso no esbueno, al igual que tampoco admito que no se sancione al trabajador, por las mismas tesis que expongo en el post. El respeto en las relaciones, es la clave del éxito de manera independiente de la jerarquia.

      No obstante, respeto también la postura de @lage y sus tesis, porque si yo soy educado y hay unas normas, en mi casa mando yo y eso es lo que hay.

      Interesante debate, si señor

      @Olikahn, es muy conocido pero la letra del puchero del hortelano le encajaba al post como anillo al dedo ;-)

    • Ante una situación como esa, que un trabajador cabreado te insulte, hay que actuar con cabeza muy fría, tomar las medidas que hay que tomar (y entre ellas no está el despido en caliente), y ya puestos a devolvérsela ¿qué tal hacerle la vida imposible hasta que pida una baja voluntaria?

      PD. qué mala me estoy volviendo desde que leo este blog XD

    • @ unknet

      no estoy de acuerdo con tu última frase(ni con el resto).

      Hay trabajadores que no saben ser profesionales, ni compañeros, ni entienden que la empresa es un todo (no solo es el jefe) y que si el sistema funciona mejor es en beneficio de todos.

      He podido ver algunos que cambian de actitud radicalmente en cuanto firman un contrato indefinido.

      El descontento se puede manifestar de muchas maneras, nunca traspasando el límite del respeto, por ninguna de ambas partes.

      Saludos

    • @ manaba

      nos hemos pisado ;-)

      Pero esos factores que comentas también le pueden afectar al jefe, él también es humano ¿no?

    • El punto 7 no tiene desperdicio....

    • De todos modos, Mare, es todo tan matizable y hay tantos puntos a tener en cuenta, que nunca podremos decir individualmente y a ciencia cierta qué haríamos nosotros en la misma situación, tanto de empleado como de jefe.

      Eso sí, sigo pensando y estando de acuerdo con todos los que coincidimos en lo de no perder las formas ante ninguna situación. Casi todo en esta vida, y más en una relación laboral-comercial, se puede arreglar hablando educadamente, sin por ello perder fuerza de argumentación o ceder ante posturas de presión.

      Saludos.

    • Unknet, no estoy del todo de acuerdo. Aunque es probable que la culpa sea de la empresa donde trabaja, no conocemos qué ha pasado antes en la vida de ese trabajador, es decir, problemas de salud, problemas familiares, problemas sentimentales, problemas económicos, problemas sociales, y así un largo etcétera que puede enturbiar el día de la persona más calmada y educada. Repito que son múltiples factores los que influyen y, aunque los que tú propones suelen ser los acertados en el 90% de los casos, sigo pensando que se puede decir lo mismo y con la misma fuerza sin insultar y siendo educado.

      Saludos.

    • Sí Mare, claro que pueden afectar al jefe, de hecho nos afectan a todos en el día a día y probablemente no vayamos por ahí insultando a nadie.

      Hasta ahora, y espero seguir así, nunca he perdido las formas en ninguna situación. Y digo espero seguir así porque con esto no quiero decir que sea tan "bueno" o "perfecto" como para no hacerlo, sino porque mis circunstancias, hasta ahora, han sido lo suficientemente buenas como para no haberme puesto a prueba.

      En cualquier caso siempre hay una forma de afrontar esas ocasiones y es, antes de decir nada, ponerte en lugar del que tienes enfrente e intentar pensar como lo está haciendo él, por muy descabellada que te parezca su postura u opinión. Eso suaviza cualquier primer instinto de ir en contra suya (física o psíquicamente).

      Saludos.

    • Lage, el problema es precisamente esa visión, mi jefe no me da de comer, yo y mi jefe comemos con nuestro trabajo, mi jefe no me contrata, yo trabajo con él y puedo decidir en cualquier momento trabajar con otro, mi jefe habrá asumido todos los riesgos que el haya decidido asumir y su recompensa obtiene de la empresa, pero nada de eso le da el derecho a utilizar los medios que le cede la seguridad social para perjudicar al trabajador por una simple discusión de trabajo, en la que tanto el empleado como el superior han podido decir lo que les haya venido en gana. Lage tu jefe no te da de comer y menos te deja vivir y respeto solo se merecen las instituciones y sus representantes y aquellos que lo tengan contigo. A los demás, dicho finamente, que les den por culo.

      De todas maneras, pena me da cualquier empresa en la que no coexistan empleados que puedan discutir de vez en cuando por el trabajo con total libertad. Eso solo significa dos cosas, que a tus empleados les importa bien poco lo que le pase a la empresa y que tu como jefe no te vas a enterar del 75% de lo que ocurre en ella.

      Manaba, el contexto no es el mismo, ni al magristrado le conoces, ni está discutiendo contigo, ni realizais ningún trabajo en común como para poder permitírtelo. En esa situación si está fuera de lugar.

    • Manaba, el jefe tiene que actuar con la cabeza fria, por que si eres un buen jefe entenderas que el haber provocado esa situacion de descontento en un empleado es responsabilidad de la empresa.

      Y el descontento y la culpa pueden venir desde no a haber contratado a la persona adecuada para el puesto de trabajo (no saber seleccionar personal o no querer pagarlo), hasta no haber pagado horas extras o cumplido alguna promesa hecha a un trabajador, en cualquier caso sigue siendo culpa del jefe.

      Un trabajador descontento nace en la empresa donde trabaja, no por ahi en su casa.

    • Pues cuando era currante mas de una vez insulte al mi jefe. Hombre, hijo puta nunca se lo dije! pero gilipollas y subnormal alguna vez se me escapo.

      Que conste que me gusta llamar las cosas por lo que son.

      Saludos.

    • Unknet ha escrito "no es de justicia que un superior pueda utilizar su estatus para acabar la discusión y quedar "por encima" de su empleado, provocandole perjuicios por la pérdida del empleo y la correspondiente mancha en la historia laboral" y no estoy para nada deacuerdo. ¡¡Solo esto nos faltaba ahora!! Será que todos somos muy modernos, la verdad, pero a tu jefe, que finalmente es quien te da de comer, quien te contrata, quien te mata el hambre, quien arriesga su dinero (vete tu a saber si finalmente va a cobrar pero lo que esta claro es que tu cobras fijo) le debes poco menos que la vida (exageración poética que me permitiré, si no os importa), así que morderte la boca en una discusión para no llamarle "hijo de puta" es un buen principio. ¿Pero cuando los trabajadores nos hemos subido a la chepa de los empresarios? Yo he tenido varios jefes y siempre les he tratado con respeto absoluto; ha habido muchas broncas y yo me he callado en la mayor parte de las ocasiones, porque son mis jefes, joer, y si he rebatido no ha sido nunca con insultos, puesto que me dan de comer. Y no es un planteamiento capitalita, ni colonialista, son los que te pagan, te dan trabajo y les debes respeto absoluto. ¿Cuando exactamente un jefe dio una orden y los trabajadores se creyeron en el derecho a discutirla? ¿Estamos todos locos o que?

    • De todas formas ya han dictado sentencia y se supone que eso estable jurisprudencia y a partir de este momento eso estará permitido al calor de una discusión pero yo insisto: Si uno de mis trabajadores me llama hija de puta se va a cagar. Van a venir a mi casa a insultarme y les doy las gracias encima, ¿no es eso? ¡¡Venga, hombre!! ¡¡A la puta calle, por bocas!! En su salón será el rey del mambo pero en mi empresa hay una gerarquía que hay que respetar, y hasta un niño de tres años sabe que el jefe manda más que el subordinado y como te pongas tonto vas a ser el tío con más dignidad de la cola del paro, por listo, que hay mucho listo por ahí. Discusiones sí, claro, yo he tenido algunas con mis jefes, como apunté antes pero insultos personales ¿de qué? El empleadillo en cuestión va a tener mucho tiempo libre para ir a la calle Montera a ver si ve a mi madre, par contárselo al juez, oiga. Conocí en una ocasión a un empresario muy dicharachero y campechano, que hacía alarde de ser gran amigo de sus empleados y de hecho lo conocí en un bar el día que salían de la cena de empresa a tomarse unas copas. Era un hombre de unos cuarenta y tantos muy bien llevados y afable y simpáticos que me dijo una frase que no olvidaré jamás "Trabajo con tíos que son la ostia pero como me tope con un listo se va a tomar por culo a la mínima; si no tengo medio millón de pesetas para echar de mi casa a un hijoputa es que no me ha merecido la pena trabajar como un cabrón toda la vida". Toma ya. Yo estoy con él. En tu casa mandarás tu pero, amigo, en la mía mando yo. Cuando trabajes en tu empresa harás lo que quieras, pero mientras trabajes en la mía...

    • jerarquía :-(

    • También añado que hay jefes que es para llamarles eso y más...

      Mi último jefe era de esos. Era el típico que se le llena la boca hablando de que la empresa es “una familia”, pero luego mira para otro lado cuando su comercial “mano derecha” y el administrativo hacen sentir incómodo al empleado que no les gusta. Lo que técnicamente se llama “mobbing”. Es más, tengo serios motivos para pensar que ellos eran mamporreros que hacían lo que el jefe, por una cuestión de formas, no quería/debía hacer.

      Tras 6 meses de trabajo honesto, y de comerme marrones que como comercial no me correspondían (descargar camiones, manejar carretillas y grúas, o pasar la ITV del coche del jefe), llega el día del despido (viernes, para variar). Me fundamenta sus motivos, se deshace en elogios hacia mí, me dice que no ha dormido en toda la noche (cosa que no me creo, pero da igual, es parte del teatro) y sólo le pido una cosa: una semana para despedirme de los clientes y dejar todo cerrado para que se puedan hacer cargo. Me lo niega, fundamentándose en que si cojo una baja (cosa que sería muy poco inteligente para mí, porque es llamar a una inspección de trabajo a mi persona), le ocasiono un perjuicio. Si me quería despedir de los clientes, me lo tenía que pagar de mi bolsillo (cosa que hice a la semana siguiente). Aquello me sentó peor que mil patadas en mis gónadas, aquello era llamarme “gitano” a la puta cara. Me dieron ganas de darle una paliza. Me presentó la liquidación, y le pregunté a ver si podría comprobarla con mi asesor si estaba correcto. Me dijo que firmase en disconforme si quería hacerlo de una manera fácil. Yo lo que firmo, lo firmo para todo, así que no firmé. Y le dije que iba a ir al sindicato. Y ya se le cambió la cara. Ahí ya empezó a insultar, a ver si ”con lo listo que eres, que tonto pareces”, que “qué poca elegancia”. Y que lo iba a meter a magistratura. Encima de yo cornudo, “apaleao” pensé. Y le dije “no me importa que esto se resuelva en los tribunales, no les tengo miedo, no tengo prisa y que creo en la justicia”.

      Total que me cogí mis 4 cosas, me marché, quedé con un amigo y le invité a una jamada. En el fondo sentía alivio de irme de ese avispero. Una puerta se cierra, tres se abren... El sábado y el domingo me puse en marcha. Observé que me habían inspeccionado la agenda y el cuaderno de anotaciones, sin yo saberlo. Ya no es que me dieran ganas de darle una paliza, le habría pegado un tiro si se hubiera puesto delante, porque eso fue una vulneración empírica de mi dignidad personal (no es que insinúe, sino que hace, o manda hacer). Total que el lunes fui y presenté la reclamación. Me dijo que no había dormido en todo el fin de semana. “Debe ser duro...” le respondí lacónicamente. Insistió en por qué quería meter a los sindicatos, que si firmo disconforme se puede corregir... Simplemente le dije “no quiero nada que no sea mío”, y de paso le hice una reclamación por los kilómetros hechos con mi coche, a pesar de que teníamos un acuerdo. Se le cambió la cara, le salió el gremlin de nuevo. Le pasé las notas de gastos que llevaba del mes, y le dije que el miércoles pasaba a ver qué contaba, que era la última vez que iría. La siguiente noticia mía vendría desde mis abogados a partir de ese momento.

      Y ya el miércoles, me ofreció la cantidad corregida y el dinero extra que me ofreció para callarme. Me dijo que llevaba 6 días sin dormir. Ya ni contesté. Yo creo que fue uno menos, el viernes tenía un plan perfecto, pero le falló el “prota”. Y cuando oyó el nombre del sindicato que le iba a meter para adelante es cuando empezó a no dormir. Entre una cosa y otra arramplé con 500 euros por las vacaciones del año anterior y la corrección de los días de vacaciones no disfrutados del año presente. Lo de los kilometrajes era una cosa de difícil justificación, ya que es jugar un partido con el árbitro comprado y no había nada que rascar. Al final es mejor un mal acuerdo que un buen pleito, y en este mundo no estamos para un día, que diría aquel.

      Y con esta brasa a qué quiero llegar?? Pues simplemente a que hay gente que se hace acreedora a que les llamen de todo menos guapo. Porque mi anterior despido, en el marco de una reestructuración, fue de un trato exquisito en lo humano y hoy es el día en el que me siento orgulloso de que el esfuerzo que tuvimos que realizar muchos compañeros abandonando forzosamente una empresa en la que estábamos a gusto, esté sirviendo para que la empresa sobreviva a esta crisis... Mil perdones por el tocho. Si habeis llegado hasta aquí, gracias por leerme...

    • 1) Espero que al juez ese, en cuanto sobre-sature un poco de trabajo a los funcionarios de su secretaría, le digan: "joder, es que eres un auténtico hijo de puta, vale ya de cargarnos con tanto trabajito".

      2) Jamás he insultado a un superior jerárquico, ni profesores ni nada. Teniendo o no motivo. Ni 'gilipollas' ni nada.

      3) Si un empleado me llama hijo de puta lo desmonto, y me resbala lo que diga el juez del consejo de guerra de magistratura, que lo del empleado es coloquial pero lo mío atenta contra la dignidad o las soplapolleces que les dé la gana delirar.

      4) ¿Y nosotros podemos llamarles "hijos de puta" a los trabajadores? ¿No será mobbing automático? ¿Y la dignidad del trabajo, del trabajador y todas esas pachotadas? ¿Entre hijo puta e hijo puta dónde está la dignidad???

      5) ¿Qué más cosas están permitidas al calor de una discusión? ¿Cabrón? ¿Tu mujer me la chupa? ¿Me tiro a tu madre? Nah, cosillas que se dicen cuando la negociación sobre las vacaciones no prospera.

      6) La habitualidad con que se diga algo no lo justifica. El mobbing, el bulling, acoso escolar, determinados fraudes, son cosas que son habituales ahora. Pero no por eso las va a justificar un juez, no? ¿Y el maltrato doméstico? Más habitual imposible. La ley está para conducir la conducta de las personas, y para ver qué tipo de ser humano deseamos hacer. Y lógicamente, un empleado llamando a sus superiores profesionales "hijo de puta" no es un ejemplo elevable a modelo de conducta.

      7) Nuevamente la magistratura, que es el mágico mundo comunista donde la ley de la gravedad desaparece y todo se transforma en un "¿y por qué no?", atenta contra la intuición y sentido de justicia natural de toda la humanidad y el sentido común e inteligencia de todas las personas serias, dictando una sentencia que hay que enfundársela uno con vaselina porque no hay forma de empatizar con el ILUMINADO que ha delirado hasta esa conclusión, dando la razón a un grave injuriador. Si bien, conste que no tengo en mi poder el detalle de la sentencia.

      Diría que me sorprende, pero ya no. Sólo me produce impotencia, lloviendo sobre mojado.

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