Últimamente escuchamos hablar y mucho de que los trabajos para toda la vida se han terminado, de que desarrollamos un proyecto de unos pocos años y después nos vamos a desarrollar otro y todo eso, y yo siempre he sido (como ya he mencionado muchas veces) un firme defensor de este modelo. Pero hoy quiero ir más allá, hoy quiero exponer el trabajar por proyectos dentro de la propia empresa.
Y es que sinceramente creo que los trabajadores ya no solo deben de ser unos prestadores de servicios a las empresas que demandan de estos servicios y que cuando se terminan los servicios se termina la relación, es que demás creo que la relación interna dentro de la empresa cada vez tendría que articularse por proyectos.
Por supuesto que existirán puestos que no podrán estructurarse bajo esta premisa (aunque si, bajo la de libertad de prestación de servicios y no del anacrónico como digo siempre “jefe vs subordinado), pero en muchos casos si que podría hacerse y no se aprovecha.
¿De qué sirve contratar a un hombre o a una mujer pensando en integrarlo en la estructura de la empresa como si de un mueble se tratará?, ¿no sería mejor plantearlo desde la óptica de que entras por un proyecto, con unos objetivos por cumplir y si se termina el proyecto o no se cumplen los objetivos adiós?
Por supuesto que en realidad ya es así, y que nadie es eterno porque si en una empresa y que siempre se están desarrollando proyectos, pero la mentalidad no es esa. Y para mi la personalidad correcta es la que muestra un personaje que entrena a un equipo de fútbol del cual precisamente no soy seguidor. Un señor que es odiado por muchos pero que a mi me encanta, el señor José Mourinho. Un Mourinho quien tiene muy claro que es un profesional, un mercenario que presta sus servicios y que está por un proyecto, no por una causa o empresa eterna, y si este proyecto no funciona se va y no pasa nada, se ira a prestar sus servicios a otra parte.
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