Llega un cliente a un establecimiento y elige uno de nuestros productos. Llega el momento de pagar y decide no usar efectivo y hacerlo con una tarjeta. En este instante, el cliente entrega la tarjeta a quien le atiende en el comercio y ¿Qué debería de pasar ahora?
Si nos dejamos llevar por la lógica y el sentido común, lo normal es que la persona que le va a cobrar dispusiera de un TPV en el lugar del cobro. Sin embargo, esto no siempre es así, quedando el cliente expuesto a la picaresca del algún que otro indeseable que se dedique a la copia y recopilación de datos de tarjetas bancarias, con el fin de usarlas fraudulentamente a posteriori. Tranquilos, por suerte esto sucede en pocos casos y no hay que generar alarma, sino pensar en cómo podemos ordenar el proceso de pago con tarjeta en nuestros pequeños negocios para ofrecer una mayor confianza y seguridad a nuestros clientes.
¿Qué podemos hacer en nuestros negocios? De entrada, yo digo que buscar un tipo de TPV que nos permita cobrarle al cliente in situ, sin tener que llevarnos la tarjeta a la trastienda. Por ejemplo, en el caso de un restaurante, podemos tener un TPV inalámbrico para cobrar a los clientes en la propia mesa, sin que el camarero pasee la tarjeta por todo el local. No olvidemos que sólo con los datos que están escritos sobre la tarjeta ya se pueden hacer compras en internet, no hace falta copiar la banda magnética.
Si no lo tenemos claro, podemos acudir a nuestro gestor comercial en la entidad financiera que nos presta el servicio, con el fin de que nos asesoren del modelo disponible más apropiado para nuestra actividad. Lo que no es una buena idea es comprar el TPV a terceros sin el visto bueno de la entidad financiera, por el riesgo de seguridad que conlleva.
Estamos hablando de la calidad del servicio que ofrecemos a nuestros clientes. Si tú vas a un restaurante ¿Te quedas tranquilo si tu tarjeta se pasea por delante de todo el mundo? ¿Y si en una tienda se la llevan a la parte de atrás y tú no ves lo que hacen con ella? Si a ti no te gusta, a tus clientes tampoco.
En Pymes y Autónomos | El TPV como herramienta de cobro a los clientes Imagen | Rahego