
A pesar de la relevancia que ha tenido el Kit Digital todos estos meses, solo el 25 % de los autónomos han solicitado esta ayuda, según el último barómetro de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).
Una participación escasa que se contrapone con la intención del Gobierno español por una rápida transformación tecnológica de las empresas, así como para integrar los nuevos requisitos de digitalización, entre ellos, los nuevos softwares de facturación.
Facturación digital
El Kit Digital es una iniciativa del Gobierno de España, apoyada por los fondos europeos, que se ha destinado a la digitalización de autónomos y pymes con el objetivo de mejorar su competitividad y adaptación a las nuevas tecnologías.
El programa plantea bonos digitales, que financian soluciones tecnológicas diversas entre los 3.000 y los 12.000 euros, desde la creación web hasta la gestión de los clientes o la facturación electrónica.
Por ello, es todavía más preocupante que solo una cuarta parte de de las pequeñas empresas y emprendedores, que estáran obligados a utilizar un software de facturación según los requisitos del Real Decreto 1007/2023, de 5 de diciembre, hayan empezado a sacar partido de las subvenciones.
A finales de este ejercicio, la opción de aprovechar alguna de estas subvenciones quedará cerrada y, a partir del 1 de enero de 2026, será obligatorio que se utilicen softwares especialices adaptados a los requisitos que establece Hacienda. Existen otros supuestos relevantes, pero que no alcanzarán a la amplia mayoría de microempresas y pymes.
Digitalización de procesos
Así, entre los aspectos más relevantes del programa está la posibilidad de renovar equipos informáticos. Para los autónomos y microempresas de hasta 3 empleados, la cuantía del bono digital ha aumentado de 2.000 € a 3.000 €, destinando los 1.000 € adicionales específicamente para la compra de dispositivos electrónicos.
Una medida retroactiva, por lo que podrá solicitarse un segundo bono con el incremento para renovar equipos o invertir en soluciones de digitalización adaptadas a las necesidades de los negocios.
Por ejemplo, la creación de páginas web, la implantación de comercio electrónico, la gestión de redes sociales y herramientas para la digitalización de procesos internos. De igual modo, se incluyen servicios clave para la modernización empresarial, como la factura electrónica, la inteligencia de datos y la ciberseguridad, que serán esenciales para cumplir con futuras normativas.
Ventana de oportunidad
El plazo de solicitud del Kit Digital sigue abierto, y la convocatoria actual para empresas de 0 a 2 empleados finalizará el 31 de octubre de 2025.
La ventana de oportunidad podría cerrarse con un 69 % de autónomos y un 45 % de microempresas que siguen sin acogerse a las subvenciones, según La Razón, utilizando sistemas manuales de facturación y suponiendo notables pérdidas vinculadas a la productividad.
Sin embargo, esta baja participación es preocupante, pero también síntoma de las enormes trabas burocráticas que se han señalado durante los últimos meses, así como de los problemas y "timos" que se han vinculado con las prácticas de algunos agentes digitalizadores.
El Kit Digital puede ser una oportunidad única para optimizar sus procesos y potenciar el crecimiento de sus negocios. ¿Debería verse como una obligación? La mayoría de los expertos apuntan a que no, pero sí un paso estratégico para la mejora de la eficiencia y la competitividad empresarial.