En general somos muy dados a generar segmentos, tipologías de individuos que reúnan unas características comunes, así es más fácil gestionar la diversidad y tener una visión más clara de los contextos, en el ecosistema emprendedor se comienza a identificar una nueva figura: el INEMprendedor.
Una manera de lanzar tu empresa es aprovechar los recursos generados durante el periodo de trabajo por cuenta ajena que han ido a una “bolsa” denominada prestación por desempleo, así es como por ejemplo, algunas iniciativas empresariales florecen gracias a la capitalización de la prestación por desempleo.
Capitalización
La capitalización del desempleo está ampliamente explicada, tanto el proceso como del objetivo que se persigue, es un concepto tan antiguo como los planes de pensiones, básicamente coincide en toda la “bolsa de prestación” acumulada traerla al momento actual. Durante nuestra vida profesional hemos ido generando una bolsa de prestación que el gobierno pone a nuestra disposición si la necesitamos para acometer las inversiones necesarias para iniciar nuestro proyecto empresarial.
El conseguir financiar o capitalizar tu proyecto para que comience su andadura no es fácil, las 3 F´s clásicas (Family, Friends, Fools) a veces resultan insuficientes o no accesibles por no querer “embarcar” en nuestra aventura a personas a las que les tenemos cariño. Vencer esa resistencia y aversión al riesgo se convierte en un leitmotiv del emprendedor, minimizar el impacto negativo en nuestro proyecto de errores y el vértigo que produce lanzarse en un salto al vacío por primera vez y por eso veo cada vez con mayor frecuencia una tendencia que he denominado, no creo que el término lo haya inventado, INEMprendedor.
INEMprendedor
Si tuviese que definirlo sería aquel emprendedor que está utilizando el tiempo y los recursos económicos de su situación de desempleado para preparar el lanzamiento de su proyecto empresarial, no me parece una mala manera de invertir esos medios, al contrario ese proceso de madurez, de consulta a posibles clientes y de definición de productos o servicios desembocará en una decisión final o bien abordarlo y por tanto abandonar la estadística de desempleados e incorporarse a la de población que genera o el simple movimiento de búsqueda de su modelo de negocio habrá servido para definir las líneas de trabajo con mayor detalle que muchas de las empresas que ahora se encuentran en dificultades, el simple ejercicio de reflexión ya es garantía de que hay un esfuerzo por aportar valor al mercado y eso siempre es positivo y acertado.
También encuentro otro motivo por el que me parece positivo, ese proceso de definición está generando valor y movimiento económico, se destina a crear riqueza, a consultar a posibles proveedores e incluso a contratarlos para hacer más real esa simulación, circula el capital y además demuestra un interés por apostar por su iniciativa que en el caso de una potencial presentación a un inversor será muy positivo y valorado, que inviertas tus escasos recursos y esfuerzos en tu proyecto demuestra tu grado de implicación y sacrificio por tu idea y eso en estos tiempos no es frecuente encontrarlo.
Aunque no disponga de datos y estadísticas, me atrevo a aventurar que una parte del emprendimiento de los próximos meses se encuentra oculto en los dramáticos datos de las cifras de desempleados y es, posiblemente, otro de los motivos por los que, con una cifra tan abultada de desempleo, el contexto social no esté más fragmentado y tomando las calles…o quizá es lo que me gustaría creer.
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