Los sistemas de nuestra empresa también forman parte de la imagen de la misma. Tener las herramientas adecuadas, asegurarnos de su correcto funcionamiento, es parte esencial para nuestro negocio. Por eso no debemos señalar los posibles fallos que tengan las herramientas ante los clientes. Como ejemplo seguro que muchos lo habéis oído, el ordenador me va lento, o otro clásico, es que no me lo permite el sistema.
Porque pueden darse dos opciones. El ordenador nos va lento porque hemos hecho una mala gestión de la herramienta, ya sea por cuestiones de hardware o software, la imagen que queda de la empresa es lamentable. Otra cuestión son los equipos que bien administrados no dan más de sí por sus características técnicas, son antiguos, etc. y no ejecutan aquello que les pedimos en décimas de segundo, sino que se demoran un poquito más de lo que sería recomendable.
Igualmente no debemos poner como excusa esta cuestión. Coloquialmente puede quedar bien, pero lo cierto es que para nuestros clientes tenemos que tratar de evitarlo. Porque asumimos que nuestra empresa tiene que elegir equipos que estén a su alcance y en función de la capacidad de retorno de la inversión que nos permitan. De esta manera no sería lógico que para un equipos de tareas comunes se comprara el último equipo del mercado con un precio por el que podríamos tener seis estaciones de trabajo convencionales.
Estaría bien que todos los vehículos de la empresa fueran Ferraris, ¿verdad? Sin embargo en muchas ocasiones tenemos que conformarnos con humildes furgonetas que cumplen a la perfección su función. Claro, no llaman la atención, y no nos permiten pasar de 0 a 100 tan rápido como lo haría un Ferrari. Sin embargo no solemos poner la excusa de "tengo una furgoneta que no pasa de 80 en las cuestas" para desplazarme.
De todas formas cuando detectemos que se está convirtiendo en un problema llega el momento de actuar y buscar soluciones. Muchas de ellas pueden solucionarse con un pequeña ampliación de recursos de hardware que mejorarán el rendimiento del equipo, en otros casos tendremos que renovarlos. Cuando el problema es a nivel aplicación lo recomendable es tomar nota de la necesidades que tenemos y ver cuánto nos cuesta implementarlo para ver si nos sale o no rentable.
En todo caso, documentar todos los problemas que puedan tener los equipos y las aplicaciones nos ayudará a elegir mejor en la próxima adquisición o renovación de licencias que tengamos que realizar. Muchas veces no se trata sólo de dinero a la hora de comprar, sino de no haber elegido la mejor opción para nuestro negocio en el momento de hacerlo.
En Tecnología Pyme | Equipos informáticos para mejorar la productividad Imagen | victoriapeckham