El título puede despistar, lo sé. ¿Es la inteligencia una herramienta necesaria en la pyme? No me refiero a saber lo que hay que hacer sino a usar la inteligencia como una herramienta con incontables aplicaciones. Desde la mejora, la adaptabilidad, la compresión y la evolución constante. ¿Me entendéis ahora?
Ante el problema la solución, ante la falta de evolución: ideas y ante la necesidad el poder de crecer ideando soluciones aptas para negocios. Justo a eso me refiero. A diario vemos como se fraguan empresas que siguen un "manual" y buscan soluciones en Internet pero sé a, ciencia cierta, que hay quien crea su manual cada día, sin referentes.
La resistencia al cambio, ese gran enemigo
Reconozcamos que todos conocemos a una empresa (o al dueño de la misma) que tiene una gran barrera al cambio a la innovación y llega a ver peligro en nuevos productos; muchas veces esos productos están exclusivamente diseñados para mejorar y evolucionar dando un servicio mucho mejor al que se da en la actualidad.
La resistencia al cambio no es más que la barrera que impide que las señales de inteligencia lleguen a la persona que las debe recepcionar. Esta barrera muchas veces no es más que la falta de entendimiento. Este problema puede estar focalizado en la persona que explica una solución o en la persona que debe parar a escucharlo.
Muchos grandes (y pequeños) ejecutivos no sacan tiempo en sus agendas para escuchar nuevas soluciones, ideas o tecnologías; desgraciadamente es un aspecto que se suele contemplar en algunas empresas. La falta de tiempo se ve reflejada en la gestión de proyectos y en la atención a posibles nuevas incorporaciones en forma de ideas.
Para oír una nueva idea o un comentario más fructífero sobre lo que se está haciendo no es necesario usar la agenda del Outlook y enviar una convocatoria. Para aprender y ver como la inteligencia puede ser transformada en solución no hay más que parar a tomar una cerveza tras el trabajo. ¿Opináis lo mismo?
Otra barrera que no permite a la inteligencia recorrer el cauce normal son los estereotipos y la falta de segundas oportunidades. Cualquier persona ha tenido un mal día y no ha podido dar el 100% de sí misma, por ese motivo no hay que dejar de oírla. Una segunda oportunidad sólo demuestra inteligencia ante quien la da.
Conclusión
Creo que hablo casi desde la opinión de muchos. Y muchos se habrán sentido identificados (en ambos lados) pero, estoy seguro que todos hemos visto a alguien en la empresa que se ha ido porque nadie lo dejaba evolucionar, aportar su granito de arena en una duna de problemas o al ver que la barrera es tan alta que mejor no escalar.
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