Ya comentamos hace un par de semana como el resultado de las inundaciones en Tailandia había hecho que el precio de los discos duros tradicionales se disparara hasta en un 50%. Pues el desastre que han supuesto no remite y lo cierto es que al final el precio se está disparando hasta en un 180% más. Por eso cabe preguntarse si ha llegado el momento de los discos SSD en la empresa.
La falta de discos duros almacenado ha provocado que su precio se dispare, lo que al final nos lleva a que el diferencia de precio por GB que pagamos en un disco convencional y un disco SSD se reduzca. Los discos de memoria sólida nos facilitan una velocidad de lectura y de escritura que elimina el cuello de botella que supone para muchos equipos en el acceso a los datos y ejecución de programas.
En las empresas siempre se han utilizado discos duros pequeños en los equipos de usuario. La información se guarda en el servidor, y allí es donde se ejecuta la copia de seguridad de los datos. Hasta hace bien poco los equipos venían con discos de 80 GB, aunque ahora es más habitual que tengan 160 GB. La mayoría de este espacio suele estar sin ocupar. Por lo tanto poder adquirir un disco SSD aunque tenga menor capacidad, de 40 GB a costa de un mejor rendimiento no es un problema.
Respecto a los precios, por 80 € podemos encontrar discos SSD de gama baja-media y 64 GB de capacidad. Más barato que lo que actualmente nos ofertan las tiendas con precios que van en torno a los 100 euros en los discos duros convencionales con 500 GB de almacenamiento. Así que si nos toca sustituir un disco es el momento de preguntarse si merece la pena contar con todo ese espacio sin utilizar.
Si tenemos equipos en los que queremos que prime el rendimiento, o portátiles que queremos mejorar en la empresa para que nos duren en buen estado un par de años más lo cierto es que un disco de estas características es nuestra mejor opción. La mejora de rendimiento que experimentan los equipos merece la pena.
En Tecnología Pyme | Discos SSD en la empresa, buscando la máxima velocidad Imagen | Jemimus