La movilidad resulta esencial para nosotros. Atender a nuestros clientes en cualquier lugar y en cualquier momento como si estuviésemos en una oficina, con la misma efectividad, es una rutina de la que hoy quien escapa deviene rara avis.
En la actualidad disponemos esencialmente de tres clases de gadgets para facilitarnos la vida. Y antes de lanzarnos a una compra compulsiva será muy recomendable analizar nuestras necesidades para adquirir el equipo que más se adapte a ellas.
Me estoy refiriendo, por supuesto, a los ordenadores portátiles, los ultraportátiles y los smartphones.
Lo más parecido a una completa oficina móvil es indudablemente un ordenador portátil. Nuestros documentos, nuestros programas de gestión de clientes y de negocio, nuestra agenda, nuestros correos electrónicos, videoconferencias... En fin, todo lo que podríamos hacer desde un puesto de trabajo con un ordenador de sobremesa podemos hacerlo con un portátil. Como punto débil, y aunque esto siempre será algo relativo, está el hecho de que un robo o un extravío pueden hacer saltar por los aires nuestra oficina.
Como segunda opción, destinada a cubrir unas necesidades menos extensas, tenemos los incipientes ultraportátiles. Sus prestaciones son algo menores que los portátiles, pero se reduce sensiblemente el tamaño y por supuesto el peso, cosa que los convierte en altamente atractivos para aquellos que únicamente necesitan conexión a internet, organización personal, algo de gestión documental y poco más. En Moviéndonos apuntan a ellos, y creo que muy acertadamente, como un complemento al ordenador portátil.
Como tercera opción, tenemos los smartphones. Son una combinación de pda+teléfono móvil. Esencialmente cubren unas necesidades muy básicas de comunicación electrónica (email), y organización (agenda). Básicamente están destinados a quien no puede alejarse ni un minuto de su email, pero no necesita llevar el resto de sus aplicaciones a cuestas. Pero no hay que subestimarlos. Disponen, aunque en versiones más reducidas, de todo tipo de software: navegadores, clientes de correo, aplicaciones ofimáticas, etc.
Como veis, según sean nuestras necesidades de movilidad el mercado brinda soluciones a medida que casi con toda seguridad van a cubrirlas a la perfección. No vamos a entrar en la cuestión de los precios, puesto que el interés era analizar las opciones que la tecnología brinda a los profesionales en cuanto a movilidad. Dejaremos que otros se ocupen de esto.
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