Cuando trabajas como autónomo o freelance muchas veces te ves obligado aunque no te guste a depender de la tecnología, bendita tecnología, para seguir trabajando sin depender de dónde estamos. Puede parecer a ojos de otros que somos adictos a la tecnología, pero no estamos trabajando aunque muchas veces ni el momento ni el lugar pueda parecer que lo estamos haciendo.
El smartphone muchas veces nos esclaviza y ya ni siquiera lo podemos apagar en momentos de ocio que tenemos fuera de horarios de trabajo, en una cena, en un fin de semana o cuando estamos en la playa o la piscina nos puede surgir algo urgente que nos haga ponernos a trabajar.
Y si todavía utilizamos un smartphone o una tablet lo hacemos de una forma más o menos discreta, pero como tengas que sacar el portátil para intentar resolverlo de forma rápida y efectiva notas como se multiplican las miradas de curiosos a tus espaldas, echando un vistazo por encima del hombro para ver que hacemos.
Claro que muchas veces cuando ven la pantalla llena de ventanas y aplicaciones, gráficos o código fuente la cosa pierde interés. A mi no me gusta trabajar en sitios públicos, pero algunas veces no queda más remedio y en mitad de un día de descanso tenemos que parar, centrarnos y ponernos a resolver un problema.
Con un poco de suerte lo podemos hacer de forma rápida y efectiva. En casos extremos tenemos asumido que nuestro día de descanso ha finalizado. No siempre las cosas salen como las tenemos previstas y determinados problemas debemos atajarlos lo antes posible.
En Tecnología Pyme | ¿Cuánto depende el trabajo del autónomo de su smartphone?
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