¿Os acordáis de los ultraportátiles? Si los netbooks, aquellos equipos con procesador Intel Atom, pantalla de unas 10” y que costaban sobre los 200 €, que inundaron el mercado hace dos años más o menos. Unos equipos que permitían una alta movilidad por su poco peso y aguante de batería, pero que tenían en su escasa potencia su punto débil. Por eso me pregunto ¿qué ha sido de los ultraportátiles en las empresas?
Tras la noticia de que Asus y Acer, dos de los fabricantes que más modelos han sacado, no están interesados en sacar nuevos equipos de estas características ya que piensan que no tienen demasiado hueco en el mercado. Lo cierto es que en las empresas no han acabado de convencer. Lo hacían al principio por precio, para equipos que podíamos llevar de una lado para otro, sobre todo si teníamos que utilizarlos sin una mesa y una silla, sino más bien para conectarlos de forma ocasional, realizar alguna comprobación o trabajo rápido y poco más.
Porque siempre queremos más
El principal problema siempre fue su escasa potencia, que se vio reducida con el paso de Windows XP a 7 en estos equipos que se trató de compensar aumentando potencia de procesador y con ello también el precio. A la vez la pantalla pequeña era un inconveniente. Siempre queremos más y los fabricantes sacaron equipos más completos a precios más altos.
Por eso muchas empresas seguían apostando por equipos con pantallas de 14 o 15”, a pesar de que les doblaran en peso y redujeran a la mitad la duración de sus baterías. Y no aumentarán tampoco en exceso su funcionalidad, pero era un portátil más versátil para trabajar. Y su precio se acercó bastante entre los modelos de gama más alta de uno y los de gama baja de otros.
Además al poco de salir estos equipos llegó el iPad, que al principio competía en otra categoría. Pero que ahora tenemos de muchos tablets de distintos tamaños y precios, con un arranque mucho más rápido, algunos modelos convertibles, mediante un dock con teclado, a portátiles de pequeño tamaño, por lo que su hueco en el mercado se redujo aun más.
Personalmente las personas que conozco que utilizaban estos equipos, profesionales autónomos, acabaron por pasarse a tablets. Otras empresas, que tienen que conectarse a redes LAN para realizar una configuración de un router o un firewall, etc. hacer inventarios con el equipo de un lado para otro, presentaciones o similares, sigue siendo una buena opción, más cómoda para trabajar que un equipo con pantalla de 15” y dos kilos y medio de peso.
Personalmente no me desagradaba el trabajo con estos equipos, siempre para estaciones de trabajo de necesidades básicas. Conectados a una pantalla y teclado cuando estamos en nuestro puesto de trabajo en la empresa, nos permiten una buena productividad y mantenemos un equipo para trabajar en movilidad que por su bajo coste se amortiza de forma muy rápida.
De todas formas parece que serán relegados al fondo del catálogo y en un par de años serán equipos difíciles de encontrar. Los equipos convertibles pueden ser una buena opción, pero para mi deberían contar siempre con una toma de red LAN y una conexión para añadir pantalla externa y un teclado, algo que no todos cumplen, sobre todo en el apartado de la conexión RJ45, por lo que para todas aquellas tareas que necesitemos este tipo de conexiones los netbooks seguirán siendo una buena opción.
En Tecnología Pyme | ¿Acabarán los tablets con los ultraportátiles en la empresa?
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