Como inspirador calificaría este pequeño invento en el que se dan la mano la sencillez y las nuevas tecnologías de comunicación en los negocios, consiguiendo que algo en principio tan techie y alejado de la mayoría de las pymes (en este caso una panadería, un tipo de comercio que lleva milenios funcionando) como es Twitter, se adapte a las circunstancias y pueda ser manejado hasta por un niño, algo de lo que todas las soluciones tecnológicas deberían aprender.
El invento, BakerTweet, es muy simple. Un aparato en el que girando un mando, el panadero selecciona el producto que acaba de sacar del horno y, apretando un botón, envía un Tweet, un mensaje a los usuarios de Twitter comunicándoles que la hornada está lista. El panadero, que no tiene tiempo de trastear con ordenadores mientras trabaja, informa a todos sus clientes de una forma sencilla y rápida. Es sólo un ejemplo, interesante y que me ha llamado la atención, de las posibilidades de esta plataforma de comunicación si se integra de forma inteligente con otras soluciones.
Podríamos utilizarlo en un restaurante para anunciar que nos quedan mesas libres para esta noche, o comunicar la apertura del periodo de matrícula en un gimnasio o academia, anunciar descuentos en nuestra tienda de ropa (¡este sábado 2x1 en chalecos!) o cualquier otra cosa que se nos ocurra. No hace falta un aparato o adaptación como ésta, podemos hacerlo directamente, pero el invento tiene su aquel por lo sencillo de la idea.
De momento Twitter sigue sin ser una herramienta universal. Tiene muchos usuarios sí, pero éstos tienen un perfil muy concreto, son usuarios avanzados, bastante metidos en esto de Internet, pero podríamos decir que acaba de llegar, y su ritmo de crecimiento es espectacular, quizá dentro de no mucho tiempo tener una cuenta en Twitter, y utilizarlo, pase a ser algo tan normal como el correo electrónico.
Mientras tanto, no me imagino a la panadería de mi barrio utilizándolo para avisarme de que ya tienen listas las monas de pascua, ni a mi vecino de abajo leyéndolo y lanzándose a por ellas (por otro lado yo lo utilizo, igual resulta que no soy el único en la zona). Aunque no podamos esperar una gran efectividad, empezar a emplearlo como método de comunicación probando, equivocándonos y aprendiendo en el intento, no parece una mala estrategia con vistas a lo que está por venir.
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